lunes, julio 28, 2008

ALTAMONT - 1969


Mick Jagger, noticia estos días por el cambio millonario de discográfica de los Stones y por su 65 cumpleaños, parece un hombre que no se inmuta ante nada. Detrás de cada gesto, de cada palabra siempre se entrevé al manipulador, al maestro de ceremonias que quiere que todo esté correcto, al actor, al hombre espectáculo, al businessman, pero ¿dónde está el verdadero Mick? O por lo menos ¿Alguien lo ha visto alguna vez? Si hay algún instante en que al Mick controlador se le ha escapado su verdadero y débil ser interior, este podría ser el infame festival de Altamont en 1969. Los Stones, en la cumbre de su era dorada, organizaron un concierto gratuito en pleno desierto, a 80 km de San Francisco, con la intención de celebrar el fin de gira americana y crear un Woodstock de la Costa Oeste. Habrían más grupos: Jefferson Airplane, Crosby, Stills, Nash & Young o The Grateful Dead y se esperaban cientos de miles de fans. Como es sabido, la celebración multitudinaria hippy se convirtió en una masacre organizada por los miembros de seguridad, ni más ni menos que los Ángeles del Infierno (¡Traidos allí con el visto bueno de los propios Stones!), que la emprendían a palos con cualquier hippy colocado, llegaron a invadir el escenario varias veces, agredieron a los miembros de los Jefferson Airplane y como postre, durante la actuación de los Stones se colocaron frente al escenario con sus motos. El clima de violencia era irrespirable, 500 000 personas frente a un escenario diminuto, y los Hell´s Angels repartiendo estopa.


(Mick Jagger observa impotente y aterrorizado como los Hell´s Angels se hacen con el control)

Los Stones, que hasta última hora no se habían trasladado al recinto, dudando de actuar o no ante las noticias de violencia que llegaban a su hotel (Keith se negaba en rotundo a actuar en ese clima) quisieron acabar su concierto cuanto antes mejor, sabedores de que aquello de fiesta no tenía nada. Mientras los Hell´s Angels seguían repartiendo, Mick trataba de calmar los ánimos desde el escenario: "¡Hermanos y hermanas! ¡Venga! Eso significa que todo el mundo se tranquilice ¡Podemos tranquilizarnos todos! ..."; el rostro aterrorizado de Mick (que antes de subir al escenario había sido agredido por un fan alocado) es el resumen de la tragedia y del fin del sueño hippy, un rostro que se volvería mueca de incredulidad y miedo cuando visionó las imágenes rodadas por los hermanos Maysles (que podemos ver en el tremendo film Gimme Shelter, que relata el evento, dirigido por los Maysles), en ellas se veía claramente como los Hell´s Angels apuñalaban a un joven negro, Meredith Hunter; el rostro de Jagger presenciando esas imágenes, que también podemos ver en el film, es quizás el momento en el que la superestrella ha estado más desnudo, más débil ante el mundo, sin su coraza que tanto le ha ayudado a sobrevivir y triunfar todos estos años. Durante el concierto, Hunter recibió varias puñaladas frente al escenario, e incluso algunos fans que cargaron con él para llevarlo detrás del escenario, vieron como los Hell´s Angels les negaban el paso, mientras el joven agonizaba envuelto en sangre. Desde el escenario, los Stones decidieron tocar un instrumental lento para calmar los ánimos, pero el daño estaba hecho: era el fin de una era. Los resultados del macro evento no daban lugar a las dudas: 500 000 asistentes, 48 km de cola para acceder en coche al circuito de carreras donde se celebraba en concierto, asesinato de Meredith Hunter, un hombre ahogado en un canal de riego bajo los efectos del LSD, muerte de dos jóvenes sentados junto a una hoguera al lado de la carretera, atropellados por un conductor que se dio a la fuga, un hombre con rotura de ambas piernas y de la pelvis al saltar de un paso elevado de la autopista, nacimiento de dos niños, daños valorados en 400 000 dólares.


(Después de la tragedia)

3 comentarios:

Unknown dijo...

Date una vuelta por mi blog!

Soy del Montón

Un abrazo.

The Incredible E.G.O´Riley dijo...

El fin de una era. Gran entrada.

Saludos

ROCK N´ROLL OUTLAW dijo...

¡Gracias!