viernes, junio 07, 2013

NO SEAS UN COÑAZO

Hay que estar atento para no erosionar a las personas a las que quieres. Tendrás ganas de llamarlas, de abrazarlas, de sentir que descargas lo que te duele en ellas, de enamorarte ni que solo sea por un minuto. Pero no tienes derecho a traspasar tu herida a los demás. No tienes derecho a tus malas caras, a los plantones, a los malos modos, a las frases cortantes. Notarás que, quizá, la persona que necesitas se distancia, y la primera, la segunda, la décima reacción será la de llamar su atención, o a las buenas o a las malas, tú sabes como hacerlo y que no quede forzado, eres así de cabrón. Pero es injusto. Asume la libertad de los demás, y quiérelos a la distancia que ellos establezcan. Es normal sentirse olvidado, pero es solo una apariencia, nadie te olvida, es tan solo que la vida nos pone unas veces en el mismo sitio, y otras en lugares diferentes. Acéptalo, no trates de atar la voluntad de los seres a los que quieres, no les obligues a estar pendientes de ti, no les hagas sentir mal por tus gestos cara a la galería. La vida es suficientemente amplia para que nos podamos mover, ahora juntos, ahora un poco menos juntos. Ceder a los demás el espacio que merecen sin ti es un acto de generosidad y valentía. Hazlo. No te conviertas en una carga. No seas un coñazo.

4 comentarios:

Secilla! dijo...

Ya lo he dicho varias veces, pero me encantan las reflexiones que haces, ya sean de este estilo o incluso de tu hija, no sé como llegue a este blog hace mucho tiempo, pero me quede por lo entrañable.

Un saludo

Marc Monje dijo...

Gracias! Es fantástico que después de tanto tiempo te sigas pasando por aquí.

¡Saludos!

Anónimo dijo...

Este post parece escrito para mí.

Ya me dijo que soy un coñazo.

Ahora estoy en la fase de alejamiento de la persona a la que quiero.

En fin, quizás no era mi momento, ojalá lo sea en un futuro.

Bonito blog

Marc Monje dijo...

Anónimo, te agradezco la visita y el comentario. Supongo que lo que sientes todos lo sentimos alguna que otra vez. No te conozco, pero suerte, y no te dejes vencer por el desánimo.