1- Human touch.
Por popero, por ser indigno de un tipo como él, porque los temas, aunque escuchables, son simplones y hoy en día no soportan un examen minimamente serio. Curiosamente, de los pocos temas que salvo, el propio Human touch, con aquel fantástico puente en el que Bruce desgarraba: "Oh girl that feeling of safety pride", recordándonos que el matrimonio, la paternidad o alguna cerveza en mal estado le habían sentado peor que mal, y que al viejo Bruce lo escucharíamos a cuentagotas. En una época en que reinaban Screaming Trees, Pearl Jam y Nirvana, Springsteen era una pálida y pretenciosa sombra de lo que había sido.
2-The Ghost of Tom Joad.
Por aburridísimo ejercicio de seriedad y madurez. Porque Bruce parecía en aquella época veinte años más viejo, porque hacer un disco de americana, comprometido y enraizado en la historia y la literatura del país no tiene porque significar aburrir hasta las ovejas. Y porque me quedé sin entradas para los conciertos del Tívoli de aquella gira en un momento en que para mi, no había en el mundo nadie más que Bruce.
3-The Rising.
Porque lo odio. No se por donde cogerlo. Porque cuando Bruce se pone serio (no como en Nebraska, aquí mezcla la seriedad con el dramón y un darle vueltas al 11S que satura) que dios nos coja confesados. Y este disco es serio como una misa de monjas de clausura, y con un sonido cementoso, pesado y patoso. El disco avanza como lo hacían los discos de Oasis, como leí una vez, a ritmo de mula vieja.
Otro día, lo mejor de Bruce, prometido.