
Hay una narrativa perfecta en los conciertos de
The Who de la época
Live at Leeds. Cuatro tipos desbocados en un frenesí interminable, un rock n´roll astronómico, tan punk como el de
MC5, un caos articulado desde el conocimiento que cada uno tiene de su instrumento, y la facilidad para pasarse ese conocimiento por el forro. Tocaban separados, luciéndose, y a la vez unidos.
Live at Leeds es, de la forma más objetiva posible, el mejor directo de la historia, aunque esta frase solo tenga validez para mi o para quién esté de acuerdo. Por eso este
Live at The Hull, grabado la siguiente noche, aunque adolece de peor sonido, y han tenido que meterle a algunos temas las pistas de bajo de
Entwistle pertenecientes a la noche de
Leeds, es, digo, también, el mejor directo de la historia, o el primo cercano del mejor directo del mundo. El rock ofrece muchos debates, pero cada vez tengo más claro que
The Who en el escenario están por encima de todos.
Heaven & hell,
I can´t explain,
Fortune teller,
Tattoo... Así, seguidas, no tienen rival.