Un lector publica una carta en El Periódico en referencia a la huelga de universitarios en Catalunya, que protestan contra el Plan de Bolonia. Yo no podría estar más de acuerdo.
"Tiranía camuflada bajo una huelga estudiantil
S. M. S.
Barcelona
Respeto la democracia y la Constitución española. Sin embargo, ¿quién me respeta a mí? Soy estudiante de Historia en la Universitat de Barcelona y estos días he visto, de nuevo, la barbarie en mi facultad. Me han impedido asistir a clase unos jóvenes que quieren ofrecer un aspecto desaliñado pero visten ropa cara, ostentan peinados aún más costosos y viven en las zonas más pijas de Barcelona. Estos estudiantes nos han prohibido a otros el acceso a nuestra facultad. Y lo han hecho de manera absolutamente tiránica y violenta. Es más que vergonzoso; es un desatino. Si yo respeto su derecho a la huelga, ¿por qué ellos no pueden respetar el mío --y de muchos otros-- a no secundarla? ¿Que me obliguen a no asistir a clase y que me amenacen con violencia verbal y física si quiero entrar en la facultad es respetarme? ¿Qué ocurre, que si ellos eligen hacer la huelga, eligen por todos?
El plan de Bolonia tiene cosas buenas y malas. Sobre las malas, podemos quejarnos con educación y respeto ante el organismo correspondiente. Ocupar facultades, no asistir a clase y dejarlo todo lleno de suciedad (había que ver el acceso principal a las facultades, cómo lo convirtieron en un depósito de orines, latas de cerveza y restos de comida) no tiene nada que ver con lo que es una universidad: un centro de conocimiento y cultura. Ellos se dan el lujo de aplicar esta conducta porque pueden; los que nos levantamos a las seis de la mañana no nos la podemos permitir. Por cierto, en Ciencias dieron clase toda la semana, excepto el viernes. Nos guste o no, ellos son más respetuosos y, por tanto, más democráticos."