jueves, diciembre 30, 2010

MÁS SOBRE LA PREHISTORIA DEL METAL EXTREMO: DESTRUCTION


Me fascinan los orígenes del metal extremo, del trash, death, black metal... Mis audiciones son experiencias íntimas, en las que Testament, Inmortal o Celtic Frost inundan indistintamente mis orejas de rabia y maldad. Así, de vez en cuando me paso un par de semanas en un trance de apocalipsis metálica, y buceo en los orígenes del trash, el death y todo eso. Ya he hablado alguna vez aquí de grupos como Possessed (siempre hay que reivindicar Seven Churches como un disco de valor histórico incalculable, cuya audición todavía hoy día acojona), Celtic Frost, Bathory... puntos de origen del metal extremo que ha arrasado con las mentes de tantos millones de jóvenes. Y también he citado alguna vez a los descubridores de la piedra de rosetta del trash, moradores de la Bay area de San Francisco, atacados por el acné y la rebeldía, los Exodus, Testament, Megadeth & Metallica claro, Slayer, Anthrax... De todos ellos me fascina que brindaran obras tan importantes cuando a penas eran adolescentes con ganas de beber cuantas latas de cerveza pudieran (Possessed tenían 15 años, putos mocosos). Otra banda de la prehistoria trasher es la que escucho ahora mismo, el trío alemán Destruction, representantes de la rama europea del primer trash junto a grupos decisivos como Kreator. Destruction, todavía en activo, eran tres adolescentes con ganas de dar ostias, y a buena fe que las daban en su Ep Sentence of death (1984) y el Lp siguiente, Infernal Overkill (1985), digno de figurar en una lista de los veinte o veinticinco discos de metal más importantes de la historia. Las pintas que gastaban eran tremendas, tres freaks con cinturones de balas robados del backstage de Lemmy, rostros pálidos y una creencia absoluta en lo que hacían. Como tantas bandas extremas de la época, se trataba de inadaptados escolares que vivían del intercambio de cintas de grupos oscuros, y se sentían herederos de Mercyful Fate y los sonidos de la New Wave of British Heavy Metal, solo que ellos veían que era posible hacer 100 veces más ruido y tocar 100 veces más rápido que Iron Maiden. Destruction van a todo trapo, aunque menos que otras bandas trashers, matizan bien los solos, los riffs, y las guitarras rítmicas, y te aseguran buenas dosis de pasión metalera.