
Bonito concierto el de Mark Olson, domingo pasado. Escucho ahora su último disco, Many colored kite, otra encantadora colección de canciones con algún cameo que me pone a temblar (¡la sublime Vashti Bunyan!). Con el tiempo he apreciado cada vez más la voz y la carrera de Olson, por delante de la de Gary Louris, el otro Jayhawk. Al principio no fue así, quizás porque descubrí a los Jayhawks en la época de Sound of Lies, primer disco sin Mark, y enseguida pude escuchar también aquel preciado Weird Tales de Golden Smog, donde Louris tenía un papel decisivo; sin embargo, los Jayhawks de su mano me decepcionaron con el ahora olvidado Smile, y aunque recuperaron tono con Rainy day music, para entonces ya prefería la sinceridad rural de Mark Olson, con o sin Victoria Williams. Cuando no tengo el día pocas canciones me ayudan, o ninguna (nos hacemos mayores, y las veleidades del carácter ya no las rompe ni la canción más bonita), pero la voz de Mark Olson siempre me reconforta.