martes, octubre 27, 2009

NIÑOS REBELDES

No hay manera de que muestre interés por lo que se hace en clase, sabotea el trabajo o símplemente lo ignora, sabe que no pasará nada, es incapaz de circular por donde lo hacen los demás, se distrae, va a su rollo. Así pasan algunos niños sus días en el colegio. En quinto o sexto de primaria encuentras a chavales que pasan monumentalmente de las reglas, lo hacen de forma fina o rimbombante, a veces no notas que han vivido en un mundo paralelo hasta fin de curso. Los miro, después de haber intentado que cooperen por todos los medios (los medios que yo conozco), y veo en cierta forma a seres humanos que todavía no han sido abducidos por el sistema, las reglas. A veces me siento como un funcionario salido de 1984 (la película o la serie protagonizada por Peter Cushing, el libro no lo he leído), soy lo que los niños serán, un tipo que sigue las reglas y se cree libre. Pero libres son los cuatro que no cooperan en clase, todavía son libres y miran, desafiantes, el castillo de hormigón que hay delante suyo, que es la vida, y ven a sus compañeros que ya han entrado y ahora siguen los pasos del maestro hacia la gran mentira de la vida adulta. Probáblemente, muchos de estos últimos rebeldes dejarán de serlo en poco tiempo, en la ESO o en Bachillerato, y seguro que está bien así. Pero a veces me siento como parte del sistema, una pieza más de la horma que moldea a los niños para que el mundo ni suba ni baje, sino que se quede igual.