
Un cierto aburrimiento de la actualidad musical me ha conducido a abrir en canal la discografía de
Kreator y sacarle las vísceras a todo lo que nos ha dejado
Mille Petrozza durante tantos años.
Obviando sus dos últimas obras (con ese sensacional, apabullante y todavía reciente
Phantom Antichrist), y sus primeros clásicos de seminal thrash alemán, me estoy sumergiendo en dos discos incomprendidos ahora y en su momento,
Endorama, de 1999, y
Outcast, del 97.
Endorama es fascinante, un punto ambiental, un punto gótico (el cantante de
Lacrimosa comparte voces con
Mille en un tema), con temas facilmente disfrutables, y alguna deliciosa intro de piano. Un thrash que ya no es thrash, pero que no por eso debería haber cabreado tanto a los fanáticos en su época.
Outcast es un disco salvaje, canciones de estructuras claras y estribillos que rompen partes muy ambientales, más rockeros, como en
Phobia o
Black Sunrise, temazos. No,
Kreator no bajaron la guardia en los 90, aunque muchos todavía no lo hayan entendido. Qué placer disfrutar de dos discos que probablemente no debe estar escuchando nadie en este preciso instante. Bucead en ellos, no os arrepentiréis.