sábado, agosto 11, 2012

BOB DYLAN, AS I WENT OUT ONE MORNING

Falta poco ya para que Bob Dylan presente nuevo disco, Tempest se va a llamar, y tendrá una portada horrible, de catálogo turístico. Desde Modern Times que me digo que si su próximo disco es la mitad de bueno que este, ya podemos llorar de alegría. Modern Times, del 2006, sigue siendo algo comparable a Time out of mind, y de carambola a Blood on the tracks y a todo lo que queráis. El mito sigue vivo y vuela libre cual mariposa. Cuando tengo tiempo, cojo el magnífico tocho Letras, y me zampo cualquiera de sus discos siguiendo cada verso. Ahora escuchaba John Wesley Harding, 1967, y me siento tan emocionado por el sentimiento de As I went out one morning, tan sencillo y la la vez tan "panorámico", como dice un comentarista en Youtube. No busques significados, las letras de Dylan asaltan tu imaginación y la hacen volar. Pero cuando a eso le añade una melodía de caramelo, entonces es que estamos delante de una joya.

QUEENS OF THE STONE AGE, "RATED R" REEDITADO

Nunca acabé de encajar en la secta Kyuss. Sí, tenía Welcome to Sky Valley, y sabía de que iba todo eso, pero para colgarme siempre he preferido a Jerry García, y lo del stoner, y sobretodo la reverencia a cualquier cosa que llevara el nombre Kyuss, me parecía una pedantería hard rockera parida con fórceps y demasiado mimada en el Popu. Ya lo he dicho. Luego cuando todo eso explotó y de las cenizas salió imperial esta banda, Queens of the Stone Age, ahí sí que encontré un lugar cómodo para mi. El primer disco era sorprendente, incómodo y fascinante, pero fue con este Rated R cuando la banda de Josh Homme se exhibió en todo su esplendor y pasó a ser futura influencia para tantos grupos que han salido después. Rated R funcionaba como una polvorienta y ruidosa locomotora desde el principio, extraviada en el paroxismo y el trallazo con temas como Feel good hit in the summer o Quick and to the pointless, que era una madness total, a ritmo diesel imparable con Monsters in the parasol, o marcando estilo y clase en Auto pilot. Qué bien que lo hayabn reeditado, lo hayan bajado de precio, y me hayan recordado todas estas cualidades. Una banda que unía personalidades digamos que muy dispersas, desde el control y el dominio de Homme, hasta la locura de Oliveri, incluso Mark Lanegan acaba entrando en la fiesta. La reedición no incluye explicaciones historicistas ilegibles (ya he dicho alguna vez que tengo jodidos problemas para leer libretos), compila las caras B de los singles, y remata con un concierto en Reading. Básico para entender musicalmente la primera década del siglo XXI.