martes, abril 21, 2009

NANIS CON EL PERRO

No tengo remilgos cuando hablo de clasismos. Las clases existen, cuanto antes lo reconozcas mejor. Me parece genial que un rico lo sea y ejerza, y no deje de recordarles al resto de mortales que su coche, su traje y su casa es mejor que la tuya, igual que está bien que el menos afortunado con el dinero también ejerza, y alardee de su condición mediante la queja y la protesta. Hablemos de un derivado de la riqueza: las señoras de la limpieza, las chachas, tatas, nanis, como las quieras llamar. Me refiero a las nanis full time, no a la que pueda venir a tu casa a limpiarte los cristales una vez al mes. En Barcelona, en la zona donde trabajo y donde he vivido hasta que me independicé las hay a montones, la mayoría filipinas o sudamericanas. Me parece bien que las haya, y que te hagan la cama o te compren en el súper, incluso me parece bien que les hagan llevar esos ridículso uniformes por la calle, los bomberos o los médicos, o los modernillos que fueron a ver a Anthony and the Johnson también van uniformados. Aguanto también que las veas por la tarde en las puertas de las guarderías esperando a que salga el hijo de la señora, hablan entre ellas y se divierten, y el niño aprende divertidos vocablos de otros países. Pero lo que me ofende en grado máximo es verlas paseando al perro. Ya no digo un monumental San Bernardo, sino ridículos perrillos probáblemente comprados al niño en un cumpleaños, o un capricho de la señora, un regalito que a las dos semanas sus dueños son incapaces de cuidar. Allí ves a la chica filipina agobiada, perfectamente consciente de lo denigrante de su labor, paseando al tonto animal y esperando a que suelte todos los jodidos líquidos que lleva en el cuerpo en la primera rueda de moto que encuentre. Por lo menos algunas aprovechan para llamar a su país, fuera de la mirada inquisitiva de la señora. Para mi es un signo claro de decadencia, cuando ya somos incapaces de sacar a pasear al perro. Cuando necesitamos que nos saquen a mear al perrucho, laborables y festivos, es que ya somos horteras e inútiles por derecho propio. Que te hagan la cama está bien, pero al perro sácalo tú coño, sino no te lo compres.