miércoles, diciembre 10, 2008

MANIFESTACIONES FASCISTAS

Esta noche se han concentrado 400 jóvenes en Plaça Universitat en apoyo a los chicos griegos que están poniendo patas arriba su país. Me parece bien que lo hagan, el problema es que a los cinco minutos la situación ha derivado en los clásicos "incontrolados" que provocan a la poli, sodomizan contenedores de basura, rompen los cristales de algún inocente cajero y alteran la vida normal de la gente. Todo por apoyar a los jóvenes griegos, es que de verdad que no lo entiendo. Hace pocos días los universitarios que protestan contra el plan de Bolonia también la armaron en el centro de Barcelona, al parecer ellos querían recorrer las Ramblas -no les bastaba con Plaça Universitat claro, ellos tenían su propio recorrido, como una gincana- y la policía no les dejó, eso les puso furiosos, porque las Ramblas son suyas, you know, y los demás ciudadanos hemos de soportar con buena cara sus estúpidas protestas, lo queramos o no (y digo "estúpidas protestas", porque lo que empezó con una queja aceptable hacia un plan universitario a nivel europeo, se ha convertido en un botellón masivo entre amiguetes, un corrillo de rula y priva vacío de ideas y sentido, que en muchos casos ha impedido a los demás estudiantes acudir a sus clases en libertad). Es la banalización total de la protesta, como los ultras franceses que se manifiestan -bengalas en ristre, claro- para que liberen a su compañero radical, detenido por pasarse de la raya en el partido Marsella-Atlético de Madrid. Si hasta los ultras futboleros se concentran como si vivieran en su mayo del 68 particular. Todo dios protesta en la calle, pero nadie piensa en los que no protestan. Yo directamente prohibiría cualquier manifestación, ya está bien de que unos pocos se consideren con el derecho divino a entorpecer la libertad de la mayoría. No me creo ninguna manifestación, o por lo menos muy pocas, me parecen un retroceso a los tiempos de las turbas que ajusticiaban a las brujas en la Edad Media, me parece que manifestarse por la calle pasándose por el forro la vida normal de los demás y quemando contenedores es una forma de fascismo tremenda, y solo por eso, no les doy la razón, al primer cristal roto, la manifestación de turno me parece un fraude. A los niños les enseñamos que la libertad de expresión, la libertad en suma, tiene un único límite, y este es el que marca el límite de la libertad de la persona que tienes al lado. A mi parecer, ni los universitarios, ni los que se han reunido para apoyar a los griegos ni por supuesto los ultras, respetan ese límite.

THE STEEPWATER BAND: "GRACE AND MELODY" (2008)


Por eso no podía soportar a bandas como The Darkness, porque eran patochadas, como el que se tira un pedo y los otros le ríen la gracia. El rock n´roll es diversión primaria es cierto, pero detrás de eso ha de haber un plan, una solidez, un canon que vaya más allá de la gracieta de grupos de fama efímera. The Steepwater Band tienen un plan, una solidez y un canon, y llevan tiempo construyendo una sólida carrera partiendo del rock n´roll de base, el de pico y pala. Este trío se ha tirado años en la obra, y llegan a casa pringados de fango, cemento y sudor. Digamos que son auténticos. Lo de The Steepwater Band no es un proyecto de un día, es una vida dedicada a devolverle al rock n´roll la condición de curro, un curro serio, que solo los más trabajadores, apasionados y talentosos pueden asumir. Ahora culminan su esfuerzo con un disco como Grace and Melody, una lección que nos dice que el rock no solo consiste en perforar oídos ni cortar riffs como quién corta cebollas, es un disco de madurez, un disco producto de todo lo aprendido y todo lo currado durante años. At the fall of the day y All the way to nowhere abren Grace and Melody y marcan las aguas agitadas pero no revueltas en las que se moverá el resto del cancionero, un rock paciente a medio tiempo, que no te darás cuenta y estará sonando en tu casa a todas horas, y si luego tienen el oficio de colar un tema de 14 minutos como Waiting to be offended, que te hace recordar su versión del Cortez the Killer the Neil Young, pues mucho mejor. Desconfiad de las estrellas que suben y bajan tan rápido como la espuma del cava, confiad en The Steepwater Band, tienen un plan, una solidez y un canon.