domingo, junio 02, 2013

STEVIE NICKS, LA MUÑECA PERFECTA

Hubo un tiempo en que Stevie Nicks era la muñeca perfecta. Una monada, preciosa, con una gran voz y un gran talento. Qué contraste con Christine McVie (aquí un post que le dediqué hace poco), una belleza más inglesa, para mi más sutil. Pero la pequeña Stephanie era el foco de atención de Fleetwood Mac, sensual, con sus temas de amor esotérico, como esta Rhiannon, un vehículo para su lucimiento, esperad a la parte final del vídeo, todo un torrente. Luego de los 80 en adelante, Stevie, con épocas de gran éxito comercial en solitario, se convirtió más en una señorona de peinados imposibles, hasta los tiempos actuales, conservando buenas condiciones de voz pero sin esa inocencia tan erótica de la segunda mitad de los setenta. Los años pasan, claro, pero a ella se le ve bien. Ah, Fleetwood Mac, uno de mis grupos del mes. Ahora suelo trabajar con la banda sonora de Rumours, Tusk, o un infravalorado y sedoso Mirage. Siguen girando por USA, ella y Lindsay Buckingham a la cabeza, jugando a esos viejos ex que se reencuentran y todavía sienten el uno por el otro algo del amor que una vez sintieron (eso encanta en los USA, y ellos lo explotan a conciencia); y luego van a Europa, si se dieran las circunstancias, los astros y todo eso, cuánto me gustaría verles.