martes, junio 01, 2010

FANTASTIC MR. FOX

Digamos que una película en la que a los pocos segundos suena Heroes & Villains de los Beach Boys ya tiene medio sobresaliente ganado. Sofisticada, cool, divertida, Fantastic Mr. Fox, basada en una novela del cada vez más presente Roal Dahl, es una joya ideal para quién piense que en animación no todo empieza y termina con Disney-Pixar. Wes Anderson -de él me gusta hasta la criticada The Life Aquatic- tiene un universo propio que es como la habitación soñada por un niño, con miles de juguetes amontonados, escondrijos y trampas secretas, miniaturas, y personajillos, zorros, tejones y castores, que bailan (divertidísimas coreografías las que van apareciendo durante toda la película) y revolotean entre lo bruto y la charme más exquisita. La técnica stop-motion llevada un paso más lejos (desde la añorada Chicken run que no me divertía tanto con un film de estas características), cine de animación entre las palomitas y el gin tonic.