domingo, febrero 08, 2009

BRUCE SPRINGSTEEN: "WORKING ON A DREAM" (2009)


No estoy de acuerdo con los que piensan que hay que escuchar un disco de cabo a rabo y dos o tres veces, o más, para poderlo valorar correctamente. A veces unas cuantas canciones bastan, no para dar una opinión perfecta y objetiva, porque eso no existe, sino para hacerte con tu propia valoración. Pregunto: ¿Quién haya escuchado Working on a dream veinte veces prestando atención a cada mínimo detalle instrumental y a cada verso tendrá una opinión más válida que la mia, cuando yo lo he escuchado dos o tres veces y en ningún caso entero? No, no lo creo, quizás esa persona me pueda aclarar qué quiere decir Bruce en cada canción, o si los pulmones de Clarence Clemons todavía funcionan, pero igual yo, con mis escuchas incompletas y pasotas, le haya pillado mejor la sensibilidad a todo el disco. A veces es cuestión de intuición, a veces llegas a un restaurante, te sirven el aperitivo y ya sabes que el resto de la comida va a ser un asco, a veces un solo apunte te sirve para llenar todo el cuadro. Llevamos muchos años escuchando música, no necesitamos darle mil vueltas a cada disco.
Working on a dream. Nuevo disco de Bruce Springsteen año y medio después de Magic... Y ya me estoy durmiendo solo de pensar que he de escribir algún texto decente sobre esta obra. Las canciones, algunas, están bien, Outlaw Pete funciona a ratos, como This life, pero es que no tengo ganas de más, no tengo hambre de estas canciones ¿Por qué? Bien, el sonido de Bruce Springsteen se ha convertido en un plato sin sabor, tosco, plomizo... adjetivos que suenan a The rising y al mismo Magic. En disco, Bruce ya no tiene ni pizca de gracia. Señalemos a los culpables: la producción de Brendan O´Brien (tosca, plomiza... ¿me repito?), la instrumentación alborotada que no individualiza las buenas cualidades que todavía conservan los E streeters, las composiciones de Bruce que si les quitas el fornido blindaje suelen quedarse en nada (ese segundo tema, My lucky day, es indigno, ¿nos quiere colar otro Radio nowhere, su última gran canción -por directa, sentida, desesperada, sencilla-?) y last but not least, un virus llamado Soozie Tyrell, con ese violín que contamina de glucosa cada melodía y cada acorde de la banda y su jefe. No necesito mucho más, me encanta que Bruce grabe discos y gire por todo el mundo, pero me siento totalmente ajeno a este sonido, estas canciones, las veo como trailers gigantescos que pasan de largo por la autopista, y yo ni siquiera logro distinguirlos, uno detrás de otro me parecen un conjunto informe que ni me va ni me viene. Y unas pocas canciones que me importan una mierda me hacen pensar que el resto del disco será igual.