jueves, marzo 27, 2008

MÖTLEY CRÜE: "THE DIRT"


Ahora que la banda más sucia y depravada de los ochenta vuelve a la carga con nuevo disco y contrato millonario, es un buen momento para recordar que Nikki Sixx y los suyos no solo nos han dejado valiosos testimonios musicales, sino que también han marcado la historia de la literatura con su magna autobiografía The Dirt. Me acuerdo que compré esta biblia en Paris, y la devoré en pocos días. Si quereis saber el qué, cuándo y cómo de una banda de rock en el estrellato este es vuestro libro. En prácticamente cada página hay una mamada o una o varias rayas de coca. Putas, heroína, alcochol, semanas sin dormir, accidentes mortales de tráfico, rock n´roll y más mamadas. Mötley Crüe supieron exprimir su esplendor y han vivido para contarlo. Un libro que es puro deleite.


Resumo uno de mis capítulos favoritos, cuando Tommy Lee, el batería, explica cómo era un día normal, uno de tantos días de gira, en la época dorada de Mötley Crüe. Para empezar, el tipo se levantaba a... ¡las 17.00!:

17.00-18.30: El teléfono suena, me levanto, no me acuerdo de nada. Contesto, trato de sacar adelante una entrevista con un dj o un periodista, ni lo sé. Si me he levantado solo, bien, sino también. Si lo necesito, vomito durante la entrevista, si hay peña por el suelo, trato de no potarles encima. SI la entrevista se alrga más de 15 minutos, meo en un rincón de la cama. Sigo con la entrevista.
Durante la segunda entrevista, abro al servicio de habitaciones, como a menos que esté demasiado enfermo para comer. Vomito otra vez. termino la entrevista.

18.30-18.45: Llaman para el equipaje, el botones coge las maletas que nadie ha abierto desde que el mismo botones las dejó en la habitación. Me pongo la misma ropa que anoche, paso bastante rato buscando las gafas de sol.

18.45-19.00: Me paseo por la habitación. Encuentro el vestíbulo del hotel, veo al resto del grupo: "¿qué tal tío, qué tal anoche?", "de puta madre", "ya". Encuentro la limusina que me llevará al concierto de hoy.

19.00-20.00: Llego al pabellón. Prueba de sonido. Resaca de cojones. Encargo la cena, me hacen un masaje para quitarme las toxinas. Bebo, escucho música. Charlo. Vuelvo a la vida. Me encuentro con los chupones de la radio y la discográfica, oigo que me preguntan: "¿en serio no te acuerdas de cuando te measte en aquel coche de policía?", honestamente contesto: "eeeeh... no".

20.00-21.00: Actúan los teloneros. Encuentro la maleta con mi vestuario. Me saco la ropa: pantalones de cuero negro y camiseta negra, me pongo el vestuario de concierto, pantalones de cuero negro y camiseta negra. Me burlo de Vince por ser el único del grupo que se ha duchado. Me maquillo, eyeliner. Me decido si me afeito o no.

21.00-21.25: Bebo o me meto una raya de coca con los teloneros cuando acaban su actuación.

21.15-21.20: El manager nos da cinco minutos antes de salir. Hago pesas para calentarme y sudar toxinas. El manager nos dice: "¡vamos!"

21.20-22.00: Intento meterme en el concierto. Tocamos Live Wire, Dancing on glass...

22.00-23.00: La sangre empieza a hervir. Adrenalina. Tocamos Looks that kill, Red hot... y las tocamos de coña. Durante el solo de bajo y batería comparto whisky con Nikki. En el backstage Vince mezcla pastillas para dormir con cerveza, Mick bebe un vodka y sonríe porque piensa que le hemos querido engañar diciéndole que era agua.

23.00-23.15: Terminamos el show. Vuelvo al backstage comatoso e hiperventilado. Me dan la máscara de oxígeno. Miro la cena sin tocarla.

23.15-23.45: Espero a quién sea para preguntar: "¿alguien tiene coca?". Esnifamos. Me cambio mi sudada ropa de escenaria por mi sudada ropa de calle. Me encuentro con lso fans, veo que los demás del grupo buscan "distracciones humanas".

23.45-24.00: Pido al manager que me dejen quedarme en la ciudad esta noche, ruego al mánager que me dejen quedar en la ciudad esta noche. Le acuso de obligarnos a viajar de noche, justo cuando los bares de striptease están abiertos. Le intento pegar cuando me confirman la acusación. Me meto en la limusina y para el aeropuerto.

24.00-3.00: Llegamos. Esperamos a que Vince termine con una chica en los lavabos. Me reuno con mis camellos. Entro en el avión, encuentro mi sitio. Me aseguro de que le encargado nos haya dejado las drogas y bebidas correctas en las próximas comidas. Para Nikki vino blanco y zombie dust (mezcla de sedante nervioso y cocaína), para Vince somníferos, para Mick vodka, para mi cocktails y zombie dust.

03.00-04.00: Llegamos a una nueva ciudad. Si la ciudad permite servir alcohol hasta las 4, pregunto al representante local por el club de striptease más cercano, "a 45 minutos de aquí", me dice. pregunto si es que la compañís ya lo tenía planeado de ese modo, amenazas violentas si me confirma la acusación. Le digo al de la limusina que nos lleve allí igualmente.

04.00-09.00: Llegamos al hotel. Busco mis drogas y mi alcohol en el vestíbulo, sino las encuentro, el digo al manager que me las suba a la habitación. Bebo, me coloco. Practico vandalismo en la habitación, en el tejado o en el parking. Me pillan, me encierran en la habitación, el manager me esposa en la cama. Chillo, grito, les amenazo con perder su empleo. Me chuto heroína solo.

09.00-17.00: Desmayado.

17.00-18.30: Suena el teléfono. Me levanto. No recuerdo nada. Repito el ciclo.

Bien, eso es todo. Un día en la vida de Tommy Lee, que no es un día en la vida de un funcionario de correos, precisamente.

CAMBIO CLIMÁTICO EN CLASE

Los niños no van a la escuela a aprender una lección, estudiar un texto o escribir un dictado. Eso unicamente es una parte de su misión. Hoy unos niños de sexto aprendían que el mundo está enfermo, y que lo del cambio climático es algo tan real como que hay una guerra en Irak. Algunos dudaban, otros pensaban y preguntaban, a la mayoría les impresionaba pensar que en algunos años el nivel del mar subirá tanto que en Plaza Catalunya tendremos que llevar Zodiacs. Concienciados por lo que escuchan en clase y lo que oyen de aquí y de allá, en televisiones y radios, llegarán a sus casas y pobre del padre que se deje el standby en la tele o el hermanito distraido que no apague la luz al salir del baño. La escuela no es una base de datos que se descarga en el cerebro de un niño, la escuela es el lugar donde ellos aprenderán a hacer un mundo un poco mejor que el nuestro.

Silvio Rodriguez - Ojalá (mano a mano)