lunes, junio 22, 2009

"PONYO EN EL ACANTILADO"


No conocía la obra de Hayao Miyazaki (La princesa Mononoke, El viaje de Chihiro), y tendré que hacer un cursillo rápido, porque su última película Ponyo en el acantilado, que triunfó en muchas quinielas del último festival de Venecia, es una absoluta gozada. El cine de animación artesanal de este creador es un deleite, un festín de formas y de ideas, y una preciosa historia (contada con una naturalidad inalcanzable para tantos guionistas, pero en el fondo es tan sencillo como contar un cuento y que los niños te escuchen... ¿he dicho sencillo?) con un pequeño pececillo, la Ponyo del título, que quiere salir del agua y ser una niña. Me rindo ante este cine casi táctil, tan dulce, como cuando al principio del film Ponyo huye de su morada submarina mientras la observan ciento de pequeños pececillos, o cuando devora una loncha de jamón del bocadillo del niño que la ha encontrado en la playa; ideas sencillas, cargadas de poesía colorista y bondadosa. Quiero que mis hijos vean películas así, y quiero verlas yo. Uno de los films del año.


(Ponyo a punto de emprender su viaje)