miércoles, agosto 26, 2015

LA GUERRA


Vivir con tu pareja es un billete de ida a muchos momentos felices, y otros tantos de tremenda sordidez.

Mi peor versión suele mostrarse a través de discusiones que nacen de la nada y acaban en cruentas batallas, donde cada uno mostramos lo más desagradable de nuestro repertorio. Hay momentos en los que puedo notar en toda mi piel el odio que despierto. Hay momentos en los que no entiendo como soy tan imbécil. Entonces abro la caja fuerte y  saco lo peor, lo más crudo y asqueroso. Son minutos en caída libre. Lo construido no importa, hay que destruir, y rápido.

Volver agotado de la guerra, observar las ruinas y decir, hay que construir otra vez ¿Cuántos estaríais dispuestos a hacerlo una, diez, cien veces? ¿Cuántos habéis abandonado a la primera luz roja? El amor te roba la energía y te hace viejo. El amor da miedo.

Y aún así, eres suficientemente buena como para darme una oportunidad, y yo para darte otra. Hemos llegado tan lejos. Nadie me va a escuchar tan bien como tu, nadie me querrá mejor que tu. Somos insistentes en la guerra porque sabemos que después hay un regreso.

Milagrosamente, después de mil cicatrices y siglos de rabia, volvemos a casa.