domingo, septiembre 26, 2010

EL GRAN VÁZQUEZ


Me encanta la ambientación, la luz, el atrezzo, los cigarrillos encendidos y el humo, los baretos de esa Barcelona de hace cuarenta años, las animaciones de personajes de los tebeos de Vázquez -idea a todas luces desaprovechada- y la ilusión que pone Santiago Segura en empujar a su personaje, y por extensión, a toda la película. Pero por lo demás, la historia de El gran Vázquez, dirigida por Óscar Aibar, cuenta bien poco. En el tramo medio, antes de que el dibujante entre en la cárcel, me resulta aburrida y repetitiva, parece querer ser graciosa sin que se note, y al final no hace ni media gracia. Y cuando intenta resultar dramática, pues tampoco funciona, no te lo crees. Me hubiera gustado más una historia centrada en el por qué de la mente creativa de un tipo como Vázquez, antes que una sucesión de chanchulleos y pillerías, gracietas y embrollos de un calavera que, como bien dice uno de los personajes del film, piensa que todo el mundo es gilipollas menos él.