jueves, julio 03, 2008

Throwing Muses - Bright Yellow Gun (Clip - 1995)

Throwing Muses - Shimmer (live, june 1995)

THROWING MUSES: "UNIVERSITY" (1995)


Bright yellow gun es el tema que inicia University, el penúltimo disco de la carrera de Throwing Muses, el grupo que lideraba Kristin Hersh. Es uno de mis diez temas favoritos de los noventa, y lo mismo podría decir de University como disco. Throwing Muses, a mediados de la década pasada, estaban dejando de ser un grupo de pop un punto estrábico y ligeramente enfermizo (el estilo de cantar de la Hersh era digno de oirse) y se habían reducido a trío (el cambio de formación más destacable se produjo con la huida de la bella Tanya Donelly, que formó Belly, gustosa banda de pop rock típico de la época), un trío que tocaba como una máquina tricéfala, un grupo de elegancia superior para las melodías y con una correosa base rítmica, guitarra, bajo, batería que hacía serpentear las canciones como en una montaña rusa. Adoro University, igual que su siguiente obra Limbo, bueno, la verdad es que estoy enamorado de Kristin Hersh desde el primer día en que escuché su voz. Recomiendo no perderse su sensible directo en solitario si se pasa por Barcelona. Seremos cuatro, pero vale la pena.
Throwing Muses me hacen pensar en lo distinto que era el pop hace tan solo 15 años. Las canciones de University podían gustarle hasta al vigilante del parking, y sin embargo tienen una personalidad brutal. Comercialidad sin perder la propia idiosincrasia. Throwing Muses lo consiguieron, com premio, ahora casi nadie se acuerda de ellos.

(En la foto, una pequeña mujer de grandes dotes, Kristin Hersh, ya madura, sabedora del poder hipnótico de sus ojos).

UNA ESCUELA VACÍA.

Una escuela vacía tiene algo de fantasmal, a la vez que fantasioso. Clases silenciosas, la cocina tan bulliciosa y humeante, a oscuras, los lavabos oliendo a... ¡nada! pasillos y escaleras desiertas, los campos de fútbol y baloncesto únicamente cemento ardiendo al sol. Caminas por las clases y te sientes un ladrón de tesoros que entra furtivamente en un templo sagrado, o piensas que estás estorbando y despertarás a los cientos de niños que parecen flotar silenciosamente por el ambiente. Seguro que muchos fantaseábais con entrar de noche a la escuela y tenerlo todo para vosotros, sin normas, sin reglas, mear en el lavabo de las chicas, escribir insultos a los profesores en las paredes, destrozar a base de "puta" y "polla" las gigantescas pizarras. Han terminado las clases, y hoy andaba por esos pasillos y sentía que me subía la adrenalina, como cuando era chaval y miraba a los lados antes de robar algún CD en El Corte Inglés. Como cuando soñaba que todos desaparecían y la clase era para mi. Sin normas, sin reglas. Pero esta vez no he meado en el lavabo de las chicas.