miércoles, enero 10, 2018

"CASSOLADA"

"Cassolada" ha sido elegido neologismo del año en Catalunya, por delante de palabras como "feminicidi", o "gentrificació". La votación ha sido popular, y los organizadores dicen que ha sido un éxito, y que esta es una iniciativa ya arraigada en la sociedad catalana.

No me extraña que estemos donde estamos. Una "cassolada", que es salir al balcón de tu casa y dar golpes a la cacerola con una cuchara en protesta por algo, es un acto inútil, infantil y ciertamente cobarde. Sales cinco minutos, das golpes, y vuelves al sofá pensando que has hecho un gran acto de protesta; puedes incluso salir en pijama, con la cena a medio preparar, poniendo en pausa el episodio de Juego de Tronos. En este país panxacontenta pensamos que algún día cambiarían las cosas a golpe de cazuela, o de lazo amarillo, o saliendo a la calle una tarde de sábado a cogernos las manos. Si yo estuviera en la cárcel, les pediría amablemente a tantos miles de catalanes que se metieran la cacerola allá donde pudieran, y el lazo amarillo de paso.

Cuando la realidad, la triste realidad de la violencia, de la cárcel, y de la falta de entendimiento entre unos y otros, se ha impuesto, muchos se enorgullecen del reconocimiento de un término como "cassolada" (me repito: es tan asquerosamente burgués pensar que darle a una cazuela es un acto de protesta... ¿tan bajo ha caído el acto de protestar?).

Es tan absurdo todo que en esta votación, términos, estos sí, importantes, jodidamente importantes, como "feminicidi" han quedado por detrás de esta estúpida manera de quejarse.