viernes, julio 31, 2009

NIÑATOS CON BOMBAS

El Ministerio de Interior ha distribuido las fotos de los seis etarras autores de los dos últimos atentados, el primero en Burgos prodría haber sido casi un 11-M segunda parte y el de Mallorca, con dos inocentes muertos. Miro las fotos y veo a seis niñatos de mierda. Eso es ETA, niñatos de mierda confundidos y con acné mental. Es tan difícil no desear que los detengan y los maten. Es increíble, pero al final es la sociedad la que debe hacer un esfuerzo de autocontrol -por suerte para ellos- porque de otro modo ya estaríamos entrando todos en las jodidas herriko tabernas y en los jodidos pueblos donde se homenajea a los terroristas caídos, para arrancarles los huevos a todos. Pero no: autocontrol, disciplina, frialdad, démosles una lección, otra más. Ya caerán.

jueves, julio 30, 2009

RORY GALLAGHER OTRA VEZ.


Lo tengo calculado. Es un virus que tenemos muchos blogueros. Cada cierto tiempo nos surge una necesidad irracional de escribir algo sobre Rory Gallagher. Buscamos cualquier excusa, un disco, un recuerdo, un tema que nos está emocionando en ese mismo instante y rápidamente agarramos el ordenador y tecleamos que Bad Penny o Darling of the everglades son las mejores canciones de la historia. Es lo que tiene haber sido -como tantas veces he leído- una buena persona en vida. Rory era de los buenos, y encima tenía talento y ganas de mostrarlo, por eso le recordamos tantos blogueros. Mi excusa ahora mismo es Stage Struck, su Lp en directo de 1980, cuando Rory decidió ir al grano y defender su música y sus cazadoras tejanas en formato trio. Cualquier banda que pretenda forjarse en power trio debería tener este disco ahí encima de la nevera con las cervezas en el local de ensayo. Rory explota a cada segundo, y su bajista de siempre, Gerry McAvoy, al cual jamás me canso de reivindicar, aporta instinto y esa alegría del que se sabe afortunado por estar tocando líneas de bajo con Rory Gallagher, su amigo.

martes, julio 28, 2009

BODAS AL REVÉS

Hay parejas que llevan años juntos, con los críos creciendo y la vida normalizada y de repente dicen vamos a casarnos, por la iglesia o lo civil, vestido blanco etc. Nos casamos. El sábado pasado estuvimos en una de estas bodas que van al revés, ahí estaba la novia entrando en la sala del ayuntamiento para contraer matrimonio con el padre de sus dos hijos. Debería ser así siempre, primero los hijos, luego la boda. Cuando yo era pequeño, la boda de mis padres era algo mítico, ciencia ficción, un cuento de hadas lejano y en blanco y negro que yo no había vivido. Mi referente cuando mis padres se enfadaban o cuando símplemente notaba que las cosas ya no eran como antes era esa foto en sepia de los dos en la puerta de la iglesia el día de su boda, sonrientes, jóvenes y con el futuro por escribir. Pero los hijos de esta pareja, desde el sábado pasado, van a tener la mejor prueba del amor que sienten sus padres, y se lo podrán recordar cuando vean que la hoguera se va apagando con los años, o cuando se enfaden, o cuando no se hablen. Ellos mismos estuvieron invitados el día de su boda, y vieron el amor entre papá y mamá con sus propios ojos.

lunes, julio 27, 2009

THE DEREK TRUCKS BAND & SUSAN TEDESCHI (SANT FELIU DE GUÍXOLS, 26-VII-09)

Había poca gente ayer en Sant Feliu para ver en directo a Derek Trucks y a su esposa Susan Tedeschi. Las grandes gradas de mecanotubo instaladas para albergar los conciertos del Festival de Porta Ferrada estaban prácticamente vacías, y la escasa gente presente prefería situarse cómodamente de pie delante del escenario; estábamos en familia, en la parte más cutre del pueblo, junto a las naves de reparación de barcos y la lonja de pescado, aislados del bullicio turístico, cómodos y felices. La noche la abrió Susan Tedeschi y su banda. El savoir-faire de esta mujer con pinta de farmacéutica te encandila, podría bombear mucha más voz, como hizo hacia el final de su actuación, o cuando más tarde salió para cantar algo con la banda de su marido, pero al no hacerlo las canciones le quedan más sutiles y elegantes. Efectismos, ninguno. El blues de Susan Tedeschi es confundido por muchos con música mainstream, cosa que me importa un carajo, su banda tiene clase, su guitarra habla como ella, sutil y elegante, sin piruetas, Susan es encantadora. Me agencié en el tenderete su último disco y disfruté del concierto. Lo de Derek Trucks es tremendo. Este hombre ni habla ni gesticula, blanquecino y aniñado, parece situado en unos eternos 18 años, y sin embargo nadie, absolútamente nadie en su banda mueve un músculo sin que él de el visto bueno; todos le miran entre tema y tema y él, por algún código de baja frecuencia desconocido, reparte órdenes como un general: ahora Mike Mattison fuera, ahora cambio de batería con la banda de Susan, ahora impro, ahora... Lo que redunda en una banda en la que individualmente todos podrían dar mucho más (el ejemplo del vocalista Mattison es claro: Con esa voz podría dominar cualquier combo de rock y soul, pero se mantiene todo el tiempo en segunda y tercera línea), y sin embargo finalmente todos se someten a la mecánica que marca Derek, son piezas de un coche que, como dijo el batería al presentarle, conduce Derek Trucks. Y su guitarra es un prodigio. Después de tanto escuchar a los Allman, después de haber disfrutado con el disco de la Derek Trucks Band del 2006, Songlines, y estar haciéndolo ahora con el perfecto, sobradísimo -una puta fiesta de disco- Already Free, el discazo que han editado este año, después de todo esto, ver en directo como se deslizan sus dedos, como maneja la mano derecha, como golpea las cuerdas, como varía los tonos, las intensidades, como coge el slide que guarda en el bolsillo y a mitad de solo lo vuelve a guardar... Un espectáculo, uno de los mejores guitarristas del mundo sin duda. Las impros del concierto fueron fascinantes, daban ganas de encenderte un puro y gozar ilimitadamente, o de no dejar de mover las piernas hasta que estas volvieran a Barcelona solas por la AP-7. Ritmo, precisión, sensibilidad, todo esto para los escasísimos centenares de personas que nos pasamos por Sant Feliu.

viernes, julio 24, 2009

MIKE LOVE: EL MALO DE LOS BEACH BOYS


Personaje histriónico y hortera donde los haya, Mike Love -vocalista, pelo claro, pose chulesca de viejo verde, siempre con su inseparable gorra y camisa de flores al estilo Magnum- siempre ha sido y será para historiadores y fans el malo de los Beach Boys.


(Tiempos de juventud, inocencia y éxito, todos sonríen -Mike en el centro-. Al cabo de pocos años ya ni se hablaban)

Desde los 70 ha imperado la corriente crítica que dicta que la banda de California, desde practicamente su nacimiento a primeros de los 60, fue un ente bicéfalo para bien y para mal. Por un lado estaba la parte sensible, creativa y alocada, los hermaos Wilson: el genio depresivo Brian, el autodestrucivo, farrero y genio en la sombra Dennis y el más joven de los tres, el aplicado y sensible Carl; al otro lado del ring se encontraba la parte fría y calculadora, representada por el primo de los Wilson, nuestro querido Mike Amor, y Al Jardine, ellos dos, los que se burlaron de Pet Sounds, los que durante tantas décadas han saqueado el legado de los Beach Boys, explotando los tópicos que les hicieron famosos -la playa, los coches, las chicas- y saboteando cualquier movimiento creativo mínimamente arriesgado por parte de la otra facción.


(Mike a Brian, sesiones de Pet Sounds: "Tio no sé que jodidas mierdas estamos grabando ¿no podrías componer otro Surfin´Safari y nos vamos a casa?")

Naturalmente no era así al 100%, y del pastel de los Beach Boys todos tienen parte de culpa, de los éxitos y de los fracasos, aunque unos más que otros. En cuanto a Mike Love, siendo justos, si bien ha perseguido siempre el éxito fácil y el vivir de rentas editando cuantas veces fuera necesario Surfin´USA o I get around, es cierto que su voz es uno de los rasgos distintivos del sonido Beach Boys, y que el espectáculo en directo lo daba él solito con sus entrañables toques chulescos y prepotentes, y por encima de todo, formó con Brian un dúo compositivo inigualable, Brian aportaba el genio claro, pero ahí estaba Love para darles a las canciones el toque Beach Boy con sus letras y su actitud; Mike mantuvo el barco a flote en la larga, dura y poco popular (aunque artísticamente encontramos varias obras maestras) década de los setenta, porque si hubiese dependido del amasijo de grasa, tabaco y cocaína que era Brian, o del alcohólico crónico que fue Dennis, los Beach Boys ya hubieran estado hundidos antes de llegar a 1975. Mike Love se cuidó de que la banda girase sin cesar para mantener la empresa económicamente viable, y les empujó a grabar pasara lo que pasara. A veces sin embargo se le iba la mano, como cuando impulsó la campaña "Brian is Back" en 1975, con la cual anunciaban a bombo y platillo que Brian Wilson, el genio de los Beach Boys, volvía a producir un disco de la banda y salía por fin de su depresión que le había mantenido encerrado e inactivo durante años; el movimiento estaba calculado para crear el hype necesario y que los medios estuvieran a la expectativa de un nuevo Pet Sounds, cosa que no sucedió ni de lejos, porque Brian estaba peor que nunca: lo habían arrancado casi a la fuerza de su habitación-celda de Malibú y lo habían puesto delante de los controles sin que el pobre estuviera capacitado para mucho más que comerse media docena de big macs. El resultado de "Brian is Back" es el disco de barbacoa 15 Big Ones, un fracaso.


(De esta guisa estaba Brian a mediados de los 70: en la cama comiendo hamburguesas, fumando varios paquetes a la hora, obsesionado con las revistas porno y esnifando all day long)

Mike Love era como Johnny Ramone, el antipático del grupo, el que no confiaba en la chispa creativa, el que votaba siempre por seguir el viejo estilo Beach Boy y dejarse de experimentación, el que les decía a los demás que se fueran a casa y no se quedasen hasta el final de la fiesta, que mañana hay concierto, un borde vaya, pero como Johnny, poseía también un instinto animal de supervivencia que fue imprescindible para mantener a la banda a flote cuando el resto de compañeros vivían en una nube de excesos. El problema es que de los 80 y 90 hasta ahora, Mike Love se ha convertido en un grano en el culo en la historia de los Beach Boys. Durante este tiempo simplemente no ha hecho nada, a parte de girar embutido en sus camisas hawaianas con subgrupos cantando los hits de siempre y currarse proyectos fallidos como un unplugged en el que -pobrecillo- pretendía invitar a Paul McCartney y George Harrison, y grabar discos infumables con versiones country. Aunque cuando más ven sus detractores como es la verdadera personalidad de Mike Love es en las entrevistas, donde aprovecha cualquier excusa para cargar contra Brian y reivindicar créditos por versos en esta o aquella canción. Está celoso porque ahora el mundo reconoce a Brian como un Mozart del siglo pasado, y él sigue siendo el de la gorra y la camisa de flores. En los últimos años incluso ha estado envuelto en batallas legales con los abogados de Brian por asuntos de royalties. En fin, la cara oscura de la historia de esta banda, por un lado la luz de unas canciones y unos discos geniales, por otro la codicia y el mal rollo.


(Mike cuando iba de trascendental en los 70)

Otra de las vertientes de la personalidad de Mike Love es su afición por la espiritualidad y el yoga. A finales de los 70 se le subió tanto a la cabeza la meditación trascendental que incluso se empeñó en grabar el disco de los Beach Boys de 1978, The M.I.U Album, en el Maharishi International University en Iowa (de ahí el título del disco) lugar donde el maestro de Love en la meditación, el Maharishi Mahesh Yogi, daba lecciones a sus adeptos.


(El jodido Maharishi Mahesh Yogi, dispuesto a timar a cualquier rockstar con problemas de personalidad)

Dennis, que a veces era la voz más racional del grupo llegó a decir de este disco, The M.I.U Album, que tanto le gustaba a Love que era vergonzoso y debería ser destruido, añadiendo que Love ya se podía meter la meditación trascendental por el culo ¡Bien Dennis! Hay sin duda una diferencia entre lo que hacía Dennis Wilson en solitario en aquella época (esa obra maestra increíble, poética, llamada Pacific Ocean Blue, que ha sido reeditada a todo lujo hace un par de años) y las canciones chorras de Mike en discos como The M.I.U Album o Light Album, de 1979.
Mike Love, en fin, coleccionista de divorcios y ligón por un lado, por otro empresario presto a pillar cualquier billete verde sin importarle un carajo el arte, y por otro un ser lleno de espiritualidad trascendental, sin olvidarnos claro está, del Mike Love conservador, que se pirra por actuar en Washington cada 4 de Julio y que defiende las esencias norteamericanas como lo haría todo un Ted Nugent. Es la némesis de Brian Wilson, el malo de la película, y aún así, si no fuera por él y su tenacidad, la carrera de los Beach Boys no sería la catedral del rock que es hoy. Olvidemos sus perrerías y reconozcámosle su parte del mérito.


(Mike y otro Beach Boy ilustre, Bruce Johnston: ordeñando la vaca en plena tercera edad)

PLAYA

Odio la playa. De 10 de la mañana a 4 de la tarde la playa debería estar vetada a la gente con un mínimo de criterio, después, por la tarde, sin tanta gente y el sol poniéndose despacito, la playa tiene un aire más melancólico y refrescante, dan ganas de pasear y tomarse un gin tonic mientras ves como el azul del agua va mutando hacia la negrura nocturna. Luego yo voy a la playa, a mi pareja le gusta y lo acepto, pero voy poco y me paso el rato hecho un caracol leyendo el diario, escuchando música o durmiendo. En agosto vamos unos días a Cabo de Gata, la única zona de playas que soporto por ser símplemente excepcional en cuanto a paisaje y por no estar invadida por los típicos habitantes playeros del resto del país, que son unos cutres. Porque la playa se ha convertido más o menos en lo que vemos en la tele en programas como Callejeros o las copias que han puesto en marcha otras cadenas, sí, en estos programas de reportaje kamikaze se exagera, y se selecciona lo más friki y estruendoso, pero para qué engañarnos, la playa es así, mayormente tunning, hortera y sucia. Cutre. El paisaje playero actual es tan lamentable que ya ni intento abstraerme escuchando por los auriculares a grupos veraniegos por excelencia como Van Halen, de hecho, estoy seguro que cuando Dave Lee Roth escribía Hot for the teacher o Sammy Hagar hacía lo propio con Summer nights, no pensaban en playas como las del litoral barcelonés, si lo hubieran hecho quizás les habría salido una versión de King África.

martes, julio 21, 2009

LUCINDA WILLIAMS (APOLO, 20-VII-09)

Lucinda Williams es de las pocas artistas que haya visto yo sobre un escenario que no se molestan en agradar -y mucho menos en hacer la pelota- a su público. No fuerza emociones ni desgarros, no actúa cara a la galería ni un solo segundo, es auténtica. En su discreción, en su reposada forma de cantar y, probáblemente de ver la vida, Lucinda consiguió sin aparente esfuerzo ponerme la piel de gallina en varias ocasiones ayer por la noche. Si me piden que diseñe mi concierto ideal de Lucinda, sería el de anoche, ni más ni menos, tocó mis hits particulares, todos, su voz sonó preciosa y cargada de la profundidad que solo pueden dar los años y todo lo vivido, real como ella misma, y su banda, Buick 6, la llevó en volandas. Qué grupo, bordaron cada interpretación, la electricidad de las guitarras cosía brillántemente cada tema, un gustazo, y encima disfrutaban y hacían bromitas, se nota que estaban bien ahí arriba. Right in time fue el segundo tema de la noche, y de allí a las estrellas: joyas de Essence, de Car wheels on a gravel road, World without tears... Había dos opciones, un concierto duro de pelar pero de emociones profundas al estilo de su penúltimo (¿y mejor?) disco West, o lo que finalmente sucedió: una Lucinda que prefirió saciarnos con temas más vitales (aunque luego las letras son igual de desesperadas, es increíble como escribe esta mujer, sus temas no transmiten pena ni autocompasión, sino deseo, un agónico deseo de amar y vivir), canciones tipo Real live bleeding fingers and broken guitar strings. Así, todo fue creciendo hasta la versión de AC/DC, donde ella se soltó un poco y para terminar una delicada versión de Violeta Parra, que Lucinda había aprendido hace poco e interpretó tímida, con las gafas de ver para poder leer la letra, un pequeño regalo lleno de inocencia para acabar este inolvidable concierto.

sábado, julio 18, 2009

RESTAURANT COURE, BARCELONA

Estuve esperando a Marta en un bar de pinchos vascos, que atrae a algunos grupos de clientela con posibles de las oficinas que rondan la plaza Francesc Macià, se toman cuatro pinchos grasientos, charlan y ya están comidos. Es un lugar de comida lúgubre, un timo más de los muchos que se perpetran en la ciudad con el rollo de las tabernas vascas. Pero cuando llegó Marta y se hizo la hora, a solo cuatro o cinco metros de esa estúpida taberna teníamos mesa reservada en uno de los restaurantes más en forma de la ciudad. En el Coure (que a su vez, en frente, tiene a otro local de semejantes condiciones y también recomendable, el Hisop) la decoración es mediocre (los típicos tonos blancos, solo que con ningún elemento ornamental que llame la atención), el local un punto cavernoso aunque bien iluminado y el ambiente discreto, un grupo de japoneses en una mesa, jerarquías empresariales en pleno break para comer etc. pero lo principal en el Coure es que, viéndolas venir por la crisis, prefieren ofrecer al cliente un menú económico a 35 euros, por debajo del supuesto nivel de la carta, que tener el local con mesas vacías. Antes, cuando Barcelona vibraba porque se creía la más cool y el centro de negocios del continente, la palabra "menú a precio reducido" -que en el Coure llaman, con buen gusto y para no ofender el orgullo del que paga "menú de temporada"- asustaba a los que buscaban buenas mesas por la ciudad, menú reducido su puta madre pensaban, yo quiero pagar y que la gente sepa que pago, pero ahora, cuando los tiempos son tan justos - y van a peor, dicen-, cuando ya no quedan más agujeros para apretar nuestro pobre cinturón, cualquier mente inteligente, rica o no, agradece pagar únicamente 35 euros con vino, postre y café incluídos, y encima -y ahí está la noticia- comer como un príncipe. Restaurantes así merecen sobrevivir a esta época gris y despuntar en el futuro. Sutileza, elegancia y buen producto. Empezamos con una riquísima crema de zanahoria con granizado, seguimos con la estrella del día, un huevo cocido a baja temperatura codo con codo con un delicioso ravioli de queso, un caldo perfecto alrededor y quinoa en la base del plato, impresionante, y tan sencillo ¿verdad? la buena cocina debe transpirar sencillez en el plato, debe ser un juego que aprendes en pocos segundos, como un beso, o una rima, como una sonrisa, sales al mediodía y te metes en un restaurante, comes huevos con ravioli de queso y sonríes de felicidad, para eso sirve la cocina ¿no? Más adelante seguimos con un bacalao con polenta que abría sus encantos solo separar suavemente las capas con el tenedor, luego carne, unas láminas de filete de buey con berenjena, con ese punto meloso que da la grasa aquí y allá, para terminar una suavísima crema de chocolate. Saciados, paladeando todavía la calidad y gracia del menú, salimos del Coure con ganas de disfrutar de la tarde del viernes y con el objetivo de volver en cuanto podamos. Repetir es la base del placer, repetir una canción, un polvo, una película. Y repetiremos en el Coure.

viernes, julio 17, 2009

The Ramones "Pet Sematary"

Además de un clip divertido, este Pet Sematary, single que los Ramones compusieron en 1989 para la adaptación cinematográfica homónima de Stephen King, es una canción pop perfecta, si, "canción pop perfecta", eso que las ratas de biblioteca buscan una y otra vez desde los tiempos de Phil Spector y del God only knows de Brian Wilson; es ramoniana en tratamiento y melodía, pero tiene un toque dulce y un colchón de teclados que la hacen irresistible, es un sugus, una chocolatina, un donete, tres minutos de perfección, melodía preciosa en las estrofas (como solo Joey sabía cantar), y estribillo irreprochable, Johnny le mete algo más de complicación a sus acordes (es un decir...) y todo redunda en un tema comercial y redondo, de lo mejor que hayan compuesto los Ramones. La encontrareis en el disco Brain Drain, de 1989, otra pequeña obra ochentera maltratada por crítica y fans cuando, a pesar de que en la banda todos se odiaban (como siempre) y de que Dee Dee estaba ya con un pie fuera del grupo, otro metido en el ataúd por su drogodependencia, y las dos manos en la cazuela del rap de tercera (Dee Dee intentó pasar por rapero en sus devaneos en solitario, adoptando el nombre de Dee Dee King y haciendo básicamente el ridículo), a pesar de los pesares, es un grandísimo disco. Adictivo, poderoso y melódico, soluble instantáneamente, como los buenos discos de los Ramones.

jueves, julio 16, 2009

UFO: "THE VISITOR" (2009)


No es una obra imprescindible, pero es tan gratificante escuchar estos días un disco de rock n´roll tan bien cimentado, tan sólido e inequívoco como The Visitor, que al final lo parece. UFO han pillado la buena senda desde su reunión con Schenker allá por el '98 (qué gran concierto en aquella gira: sala Zeleste y abriendo con Natural thing. Cualquier acto musical debería empezar con Natural Thing y... "Said she came from Memphissss!"), desde entonces buenos discos como Walk on water, más buenos todavía como The monkey puzzle o realmente sorprendentes como You are here, estos dos últimos ya con Vinnie Moore, un virtuoso que ha sabido dejar de serlo para entrar en el bareto de Phil Mogg y los suyos y rockear con el blues siempre cerca. En The visitor todo son buenas noticias, a pesar de la ausencia del sagrado y carismático bajista Pete Way, hay blues, hay buen gusto (porque UFO jamás han perdido ese punto elegante y fino que les distingue de cualquier otra banda de rock a la manera tracidional), hay incluso un packaging bonito en la edición de cd, y hay un par de baladas preciosas, como la final Dancing with St. Peter, o la crónica alcohólica de un tipo maduro abandonado por su mujer, titulada Forsaken, y en el lado más rockero, un tema que es como un espejismo ¡viajamos al '78!: Hell Driver es el tema del disco, es UFO puro, no desentonaría en Strangers in the night, el riff es puro Schenker, me recuerda por el feeling a Only you can rock me, uno de mis rocks favoritos de la banda, y Phil lo canta de forma precisa y perfecta, como hace en todo el disco. Se les espera en diciembre, como siempre desde que les conozco, allí estaré.

ME GUSTAN LOS DISCOS MALOS

Siempre he tenido está desviación musical en mi cabeza, me encantan los discos malos de los artistas que admiro. Pero me encantan hasta la enfermedad. Doy fé de que Crazy Nights de Kiss, Savage Amusement de Scorpions, no sé, Tonight de David Bowie, House of blue light de Deep Purple o algunas mierdas que hizo Ted Nugent en los 80 son eso, basura, pero siento un cariño muy especial por ese material creado por bandas y artistas en la cúspide que en un momento dado se creen invencibles y seguros de que darán gato por liebre al mundo entero, y que los royalties seguirán llegando y la piscina de su mansión será cada año más grande y llena de casacadas. Naturalmente, el mundo desprecia esos discos que marcan la decadencia de tantos artistas, pero ahí entro yo para recoger la basura y marcharme a casa emocionado. Como he hecho hoy en Revólver. Mira que hay cosas que hacer en Revólver, pero hoy tan solo tenía humor para buscar y encontrar los discos más malos de Elton John en los 80, a 1 y 2 euros.


Así que me he hecho con un montón de ellos y he pasado por la simpática cajera con mi camiseta de Motörhead... y mis discos malos de Elton John. Supongo que es lo que pasa con tu amor, la amas tanto que te quedas con lo bueno y con lo malo. Ahora escuchaba Reg Strikes Back, disco de Elton del 88 del que nadie se acuerda ya, pero mira por donde que contiene algunos temas perfectos, porque normalmente Elton John siempre dejaba buenos temas aún en sus peores obras. Estos días pasaré buenos ratos buscándolos.

martes, julio 14, 2009

SAN FERMÍN

No está bien buitrear con la noticia del fallecido por cornada en uno de los encierros del presente San Fermín, no está bien, los medios de comunicación ya se han cebado suficientemente con las imágenes del joven aplastado entre la valla y el toro, y solo faltamos los antitaurinos y antisanfermines para avivar el fuego aprovechando la triste circunstancia de una muerte, diciendo eso de "véis, ya lo decía yo, eso pasa por no prohibir los encierros y las corridas", oportunismo puro y duro, tal y como hacen los colgados que se manifiestan delante de la Monumental el día que torea José Tomás y ni se acercan cuando el cartel tiene nombres menos mediáticos. Por tanto, no arrancaré la carroña moralista antitaurina después de unos encierros tan sangrientos, aunque sí deberíamos dirigir nuestra mirada más asesina a los medios de comunicación, Antena 3, Tele 5 etc. en cuyos informativos se destaca cada cornada como si se tratara de un magnicidio, de tal forma que la fatal muerte del corredor el otro día nos fue ofrecida a cámara rápida, lenta, frame by frame, en diferentes ángulos de cámara y con una voz en off de película de terror, eso en un noticiario. Sin duda que los que organizan todo ese sarao etílico y sangriento de San Fermín (y ya estoy buitreando) deberían reflexionar sobre el sentido de su fiesta: superpoblada de guiris, adolescentes de litrona y calimocho, borrachos meones y cámaras de televisión prestas a recoger cada gota de sangre. Pero no lo harán, y así hasta el año que viene.

lunes, julio 13, 2009

Alucinógeno Iggy

Todos podemos pasar a la historia en algún momento... por las razones menos recomendables. En este caso, en 1981, Iggy pasa a la historia de los tripis televisivos con este clip donde, desdentado, da rienda suelta a su gusto por los pendientes imposibles, su particular versión del método teatral Stanislavski (qué gestos...) y las coreografías de primera comunión. A alguna de las chicas que, pobres, pululan por el clip, se le escapa la risa, no es para menos. La función termina con una lluvia de (¿pelotas de ping pong? ¿bocabits? ¿cheetos?) emparentada en otra dimensión con la lluvia de ranas de la película Magnolia, mientras, Iggy saluda al estilo militar.

domingo, julio 12, 2009

VOS (Cesc Gay, 2009)


Divertidísimo juego el que pone encima de la mesa Cesc Gay en VOS, su última película. El género, la comedia romántica, pero ahí terminan los convencionalismos, porque la película traspasa la ficción para integrarse en una supuesta realidad y al revés, los personajes-actores viven sus historias dentro de la película, que están rodando en ese instante, y fuera de esta; se besan en el apartamento de uno mientras la cámara les está filmando, y se pelean en la sala de maquillaje del plató poco después, una misma historia delante y detrás de las cámaras, mientras el equipo de rodaje trajina decorados y focos, un guión que sucede en la ficción y en la realidad sin corte alguno. Recuerda a otro juego, el de Dogville de Lars von Trier, pero aquí todo es más ligero y, como digo, más divertido, mil veces menos pedante. VOS transmite libertad, una libertad nada impostada, algo raro en el plomizo panorama del cine español.

STEVE EARLE: "TOWNES" (2009)


Hay algo del Steve Earle de los últimos tiempos que me distancia de él, aunque su última obra de canciones propias, Washington Square Serenade no era tan deficiente como muchos piensan, por más que vistiera algunos temas de bases rítmicas electrónicas. Es la seriedad con la que se toma a sí mismo, el enfado que parece durarle de la era Bush, su rollo político también, lo que me pica de él. No le pido que vuelva a ser el Steve Earle joven y lleno de gasolina de obras como Exit 0, ni el maduro country rocker que rinde cuentas con su pasado, ya en los 90, con I feel all right, símplemente me gustaría verle rockear con una banda, sonriendo y dejando de lado lo mal que esté el mundo. Su última obra, Townes, dedicada a versionar temas de su ídolo, el cantautor country Townes van Zandt (Steve llegó a bautizar a su propio hijo como Townes, tal es su admiración) no escapa a esa rectitud de sacerdote de pueblo, bien, hasta su homenajeado fallecido en 1997 tenía un envidiable sentido del humor comparado con él, cosa que no desprenden estas canciones. La música de van Zandt es triste sí, pero el tratamiento esencial, sin adornos, y la voz sin pirueta alguna que le da Steve a esta selección no resalta las cualidades de los temas, y sí los hace más lentos, menos dinámicos, sin conseguir tirar del hilo emocional de los originales. No aporta nada. El ejemplo más claro lo encontramos en el clásico de van Zandt Pancho and Lefty, parece mentira que la versión de Steve tenga tan poca gracia, yo creo que la ha tocado, escuchado y amado durante tanto tiempo que ya ha perdido de vista su núcleo emocional. Me enganchan Mr. Mud & Mr. Gold, To live is to fly, o Marie, pero eso no es por la interpretación de Steve, académica a lo sumo, sino porque son inmensos temas de Townes van Zandt. Escuchando Townes, y apreciando la estima que Earle le tiene a su héroe, solo me dan ganas de recuperar discos como High, low and in between o The late, great Townes van Zandt, y emocionarme con esa voz de terciopelo etílico, esas melodías como plumas al viento y esas letras, canciones como If I needed you, Silver ships of Andilar o You are not needed now perecen en la voz de cualquier otro que no sea su creador.

jueves, julio 09, 2009

RAMBLIN´JACK ELLIOT: "A STRANGER HERE" (2009)


Precioso disco en blanco y negro y sonido polvoriento el que ha producido Joe Henry para la leyenda folk Ramblin´Jack Elliot, 77 años de edad. Se trata de canciones de la época en que Ramblin´Jack era niño, los treinta, los áños de la Gran Depresión, de cuando el Central Park de Nueva York era un hervidero de barracas y hogueras en la noche. Manejarás bien el disco a partir del segundo tema, Death don´t have no mercy, luego todo va rodado, la calidez acústica, la voz amable del protagonista y la sensación de que estás escuchando una lección de historia y encima te lo pasas de miedo. Cada día me siento más afortunado musicalmente por poder hacer paréntesis en esta locura cultural que vivimos, y dejar que un disco como este se siente en la mecedora y caiga la noche. Es un milagro que existan empollones de la música de otras generaciones como Joe Henry, Rick Rubin o el mismo Jack White -infravaloradísima la puesta a punto que le regaló a la reina country Loretta Lynn, con el disco Van Lear Rose-, y nos acerquen frescos y relucientes los tesoros que se esconden tras las arrugas de mitos como Ramblin´Jack Elliot.

FUNERAL

Algo decían por la radio, probáblemente un tertuliano desconocedor del mundo del pop, pero tenía razón: El funeral de Michael Jackson tiene algo de decadencia, de canto de cisne en cuanto a una forma de entender el espectáculo, la música, la fama. Y en algún detalle, huele a podrido, demasiadas caras tristes juntas siempre me hacen sospechar. Hay algo de decadente sí, y de indecente y pornográfico al abusar de la lágrima de una niña de once años retada a hablar ante el mundo por los demás familiares del astro fallecido. La vida es un guión, y ayer fue un clásico guión de Hollywood, en el tercer acto apareció la hija y lloró, todos la abrazaron y cantaron We are the world. Aunque todo es la idiosincrasia de cada país, en Estados Unidos, por lo menos en muchas partes, un funeral no es algo íntimo, un luto que se llora puertas adentro como aquí, sino que la muerte se expone para que todos pasen por delante, con la bandeja de canapés en una mano y en la otra la flor que dejan caer sobre el ataud. A veces morir, para los que quedan vivos, es celebrar, y ayer se celebró la muerte en un pabellón para 20 000 personas, y cantó Mariah Carey, y todos lloraron.

lunes, julio 06, 2009

THE GORIES + OBLIVIANS (SALA BE COOL, 5-VII-09)

Maldita sea, qué privilegio, que puto privilegio. La importancia histórica de una banda como The Gories va creciendo y crecerá progresívamente hasta que tus nietos te pregunten por ellos a la luz de la chimenea. Yo los vi, a los garajeros de Detroit que pasaron la herencia Velvet-Stooges por entre la selva amazónica y las sucias chimeneas de la motorcity, y la dejaron en bandeja para que bandas como White Stripes tuvieran algo a lo que agarrarse. Ya Mick Collins (llegué a The Gories por los explosivos Dirtbombs, su última banda) me parece un geiser de tio, su guitarra suena como si encerraras en una jaula a veinte gatos salvajes con rabia, y su presencia es inconmensurable, este tipo debería haber formado el trío de polis perfecto con Starsky y Hutch, o darle por culo a Harrelson y sus hombres para formar una nueva policía de negros de dos metros de altura.


(Mr. Mick Collins: God is in the house)

Me gustó también esa nieta de la velvetiana Moe Tucker, la batería Peg O´Neil, básica y solemne, sus tambores abroncan el sonido tosco y fiero de Collins y Dan Kroha. Realmente tremendos, y recomiendo para quién no lo haya escuchado, su segundo disco, I know you fine, but how you doin´? Aunque vistos y oídos ayer en la sala Be Cool, nada como tener a The Gories reunidos de nuevo sudando en tus narices. La gente vibró el domingo, con The Gories y con otros garajeros de principios de los 90, The Oblivians, que electrocutaron el escenario con su primitivismo y actitud compulsiva, punk-blues del subterráneo, canciones mínimas y ni rastro de un bajista. Humíldemente, una grandísima noche.

domingo, julio 05, 2009

MERLE HAGGARD: "IF I COULD ONLY FLY" (2000)


Qué delicia, qué absoluta delicia. En la canción I´m still your daddy, un padre le confiesa a su hijo que cuando era joven, hace ya mucho tiempo, era un hombre malo y estuvo en la cárcel, en San Quintín, mucho antes de que tu madre me conociera ¿sabes?, pero sobretodo hijo, aunque me odies por ello, no olvides que todavía soy tu padre, que aquello estuvo mal, y que te quiero. Eso cantaba Merle Haggard hace pocos años, en un disco que despertó pasiones entre quienes no conocíamos a este astro country ya en su tercera edad, el disco, If I could only fly, es un precioso cuadro, humilde pero la vez majestuoso como un sequoia milenario; la voz, la guitarra y la vida cantada de forma sencilla. Reposadamente, Merle mira pasar la moderna sociedad del siglo XXI desde el porche de su casa, y se extraña de que los niños no se acerquen a él cuando lo ven fumar. Ojalá todo volviera a ser como antes, musita en Wishing all these things were new, ojalá.

sábado, julio 04, 2009

DEMOCRACIA IMPERFECTA

El jefe de la Fórmula 1 Bernie Ecclestone (el hombre del flequillo) se declara a favor de las políticas de Hitler o Sadam Hussein en una entrevista a The Times, dice que Hitler hizo cosas importantes en Alemania, aunque al final, claro, se le fue un poco la mano; hay más, Ecclestone opina que Estados Unidos no debería haberse metido con los talibanes de Afganistán, y básicamente prefiere una buena dictadura que actúe con firmeza a los "flojos" políticos demócratas que solo se preocupan por ganar las próximas elecciones. No son opiniones tan salidas de madre, son frases que puedes oír en un bar o en el trabajo, hay mucha gente que opina así y que no lo dice por miedo, o los hay que lo gritan a los cuatro vientos con una cerveza en la mano. Lo que declara Eccleston es basura, naturalmente, pero si nos da por meter la mano y remover en los deshechos hay algo que se salva. Tiene razón Ecclestone cuando dice que los partidos actuales gobiernan únicamente para ganar elecciones, que esa es su razón de ser, y que eso les hace flojos, querer contentar a cuanta más gente mejor, y no tomar decisiones arriesgadas por el bien del país. Los políticos tienen contratos renovables cada cuatro años, y sus miras no van más allá de la reválida de las urnas, hacen lo justo para que parezca que gobiernan, pelean contra el contricante y prometen el cielo y la tierra, pero el futuro, que es más que cuatro cortos años, queda siempre en el aire. No hay futuro con un Zapatero tratando de llegar con la lengua fuera a las próximas elecciones, tapando agujeros y repintando la casa deprisa y corriendo, para que el día que votemos, todo parezca reluciéntemente nuevo. La democracia es libertad y muchos etcéteras por los que han luchado y muerto generaciones enteras, es el sistema de vida más perfecto jamás logrado por la humanidad, pero esta democracia de usar y tirar, con este futuro que no mira más allá de cuatro años, es trágicamente imperfecta.

Europe hoy.


Realmente yo lloraba con The final countdown. Mi sueño era ser disc jockey de una emisora, y me ponía en mi mesa dos radiocasetes, uno grababa el programa con mi voz, el otro servía para "lanzar" la música; yo apagaba las luces y de repente me convertía en Fernandisco, hacía imitaciones, animaba a mis oyentes imaginarios en la dura jornada laboral, y metía mis cassetes favoritos, cosas como Sleepery when wet de Bon Jovi, Springsteen, creo que el Tunnel of love, y sobretodo The final countdown de Europe. Me recuerdo anunciando a mis oyentes que la canción homónima era "la mejor canción del mundo, tíos". Flashforward de un año o dos, en el colegio (y en todo el país al parecer) se corre el rumor de que Joey Tempest, cantante de Europe, ha muerto, ¡dios! perra vida ¡¡¡¿¿¿Es eso lo que me teníais reservado papá y mamá cuando me concebísteis???!!! Luego descubrimos todos, aliviados niñas y niños, que el rumor era un bulo. Flashforward, año 2009, escribo en mi blog sobre Europe, la banda, tratando de contribuir a la limpieza y reciclado de su nombre después de haber edulcorado ellos mismos, entrañables culpables, la década de nuestra infancia con sintetizadores, peinados heavymente perfectos, The final countdown y Carrie por supuesto, toda una madame de las powerballads. Ahora Europe interpretan en directo la susodicha canción de la cuenta de atrás, y otros éxitos de su popístico pasado, pero es una lástima que mucho público deje de lado los esfuerzos de Tempest y John Norum para grabar discos más que dignos en la actualidad.


(Secret society, del 2006, un buen disco. Dejad que Europe os la cuelen)

El último, Secret society, de hace un par de años, es una delicia, melodías a la Cheap Trick, buenas canciones y alegría en el cuerpo; Always the pretenders es una de mis canciones para momentos de baja presión, melodía y arrojo de la banda levantan el espíritu, quiero un helado de fresa bien grande. Un aplauso para ellos pues, Joey Tempest y sus colegas escandinavos, que tratan de no perecer engullidos en el barro que ellos mismos supuraron en la década de Naranjito.

jueves, julio 02, 2009

THE RIGHT ONS: "LOOK INSIDE NOW!" (2009)


Esperaba un poco más de chicha en el disco de The Right Ons, de título Look inside, now!... pero solo al principio (quizás no me cuelen de buenas a primeras las tonadas más poperas, y los excesivos coros al estilo "nahnahnah!"), luego la sangre roja ya circula por las venas del cd y cae el ambiente de club del principio de Look inside, o canciones trepidantes como la final Why don´t you break my heart now? o la infalible Take it easy, que te sonará a mil canciones, pero que sin embargo es única y es de ellos, y es James Brown on the rocks, una bomba que debería arrasar en cualquier club donde se pinche buena música, se sude y se beba. Me gusta esta banda española, me gustan las pintas que llevan, lo bien que suena ese bajo funkeado, lo bien mamado que tienen el soul, el funk y el pop, todo ello rockeando bien, y las ganas que tienen de gustar en cada canción. Recomendable disco de noches veraniegas.

PERRO Y GATO

Como dos sombras, una blanca y otra negra, el gato y el perro me siguen a todas partes. No tienen ninguna personalidad, son como alfombras que solo se ponen en movimiento cuando yo lo hago. Andan por el nuevo piso cansados, sus rutinas han cambiado y al gato sobretodo, se le ve superado por tantos metros cuadrados inexplorados y llenos de peligros. El otro día vino el pintor y nuestor gatito se metió en la parte hueca de un sofá y no salió en todo el día, y con las mudanzas le pilló un estrés que a punto acaba con él, iba con la mirada perdida, la mandíbula desencajada y la lengua fuera. Parecen un geriátrico, el perro tiene un soplo que lo obliga a medicarse (unas pastillitas la mar de caras llamadas Fortecor), además es un animal tan pasional que se agota con todo, todo en él es emoción, la emoción de que le mires, la emoción de sacarlo a la calle, la emoción de robarle el protagonismo a su compañero felino para que lo acaricies a él... Y eso a su edad, casi nueve años, y una vida llena de historias: lo cogí de la protectora, un perro negrito e ínfimo, nos juraron y perjuraron que llegaría a un tamaño medio, hasta las rodillas o más, recuerod que me señalaba el veterinario de allí, y nueve años después sigue ínfimo, enano, y llega a las rodillas si se pone de pie; y ya no está tan negrito, peina más canas que Haníbal, el del Equipo A, y para redondear su aspecto, el otro día se apoltronó junto a un zócalo recién pintado y ahora parece una jodida cebra, le he frotado el pelo con aguarrás y no hay manera; o la historia más surreal, llegó a lanzarse de un balcón cuando vió que nos íbamos sin él. Cayó desde cuatro o cinco metros, y lo hizo a sabiendas, tomando carrerilla y todo, pero la divinidad perruna estaba con él y le hizo golpear el suelo a cuatro patas. Sobrevivió, y aquí lo tengo, a mi lado. Las personas no podemos dar todo nuestro amor al marido, la mujer o al hijo, necesitamos una pequeña parte para nuestro uso y disfrute personal, un porcentaje de amor para gastar en caprichos. Por eso hay gente que ama sus discos, su coche o sus animales, o que una noche decide amar a otra persona. Ahora, mi gato y mi perro pasan mucho calor, y se dejan caer en el suelo, más fresco, como toros muertos, pam, y no mueven un músculo... hasta que yo no lo hago, claro.

miércoles, julio 01, 2009

Elton John - Tower of Babel

Qué gran disco, Captain Fantastic and the Brown Dirt Cowboy es un vinilo que cuido como a un hijo. Dentro, dos libretos maravillosos con fotos y recuerdos de la infancia y adolescencia de Elton y su letrista Bernie Taupin, y un cómic fantaseando sobre su acceso al estrellato como el tándem perfecto del pop en los setenta. Corría 1975, y este disco reposado, sabio y maduro daba carpetazo a los excesos del glam y derivados. Aunque en el fondo, Elton John era símplemente un compositor de melodías superdotado, y Bernie un letrista que graba versos en la memoria de forma compulsiva, como eso de " 'cos Jesus don´t save the guys in the Tower of Babel", que canta Elton en la canción que adjunto. Ambos, un dúo de talentos irrepetible. Y esta Tower of Babel que me obsesiona y me ha acompañado durante las mudanzas a mi nuevo hogar.
No me hace gracia que Elton John venga en concierto con un espectáculo para jubilados adinerados traído de Las Vegas, o por lo menos lo vería con gusto en Las Vegas, no aquí. Igualmente, me temo que apoquinaré los euros y veré a Elton cantando Goodbye yellow brick road en el Sant Jordi, este octubre.