sábado, agosto 24, 2013

EN AGOSTO

En agosto las palabras se reblandecen. Escribo menos. Bueno, tampoco escribo tanto durate los once meses restantes. Pero agosto. En agosto todo me resulta más flácido, me toque trabajar o hacer la siesta, mi sentido se vuelve resbaladizo, y aunque el mundo, las personas y las cosas, me den motivos para teclear, el placer de escribir se esfuma. Si toca escribir porque toca trabajar se hace, pero hacerlo por placer, o porque el corazón te lo pide cuesta más. El corazón no me pide mucho en agosto, a lo sumo una rutina, un sentido que encauce los días sin que estos se conviertan en algo demasiado pacífico, demasiado fàcil. Agosto es fàcil, tanto que me cuesta pasarlo. En agosto no hay quién escriba, la estètica no es la de escribir, ni el clima ni nada. En agosto las palabras se reblandecen y el corazón late perezoso.