jueves, octubre 18, 2007

UN PASEO.

Motos, coches, bicing, autobuses, tranvías, metro, ferrocatas, RENFE. Pero nada como caminar una manzana y otra más, de noche, en esta mierda de barrio en que se está convirtiendo el "moderno" y "modernista" Eixample infestado de cucarachas. Algo bueno tenía que tener.
Creo que una vez quise tener un perro para tener la excusa de andar. Andando se piensa, se mira, se tiene la mente en blanco, se escucha música, o ruidos, o voces, se recoge la mierda del perro, se pasea, te paras, avanzas, subes, giras, bajas. Por la mañana a primera hora, todo despierta, bares con los primeros cortados o las cervezas de los albañiles, los primeros ruidos de las obras de en frente, ratatatata, caras de sueño y autobuses que van lentos, y niños al cole y niños que no llegan al bus.
La tarde huele a triunfo. El día se ha superado. Con nota. Ahora todo oscurece antes, y recoges otra mierda del perro.
De noche depende. Juega el Barça, hay teatro al lado, es Viernes y toca desfase general. Normalmente silencio sobre fondo de coches que vuelven, o coches sobre fondo de silencio. Ahora más frio, cojo mi bufanda hippy, me dejo las chanclas puestas, voy en pijama, si, pero no se nota. Voy a sacar al perro.
Bona nit.

MIS RAINBOW EN 1976


Tener un día malo en el trabajo o haber triunfado, no haber dormido o haber dormido como un lirón, tener ganas de mear, pintar, siestear, fumar, no hacer nada... Cualquier cosa que hacer en este mundo es buena si tu banda sonora es... Rainbow!
En los últimos meses han ido saliendo dos directos grabados en la época dorada de una de las bandas de mi vida: 1976. Son estas piezas de arqueología, maravillas que uno no para de escuchar. Canciones más grandes que la vida.
¿Cuántas veces he escuchado Mistreated? ¿Y Man on the silver mountain?
Hubo un tiempo en que los conciertos eran así. Con un arco iris gigante, luminoso, que no cabía en la mitad de pabellones, con Dio y Ritchie Blackmore, se improvisaba, se quemaban guitarras y los amplis explotaban. Y según el humor del guitarrista, podías acudir a la mejor experiencia musical de tu vida, o quedarte en tres cuartos de hora sin bises.
Cuando una banda toca cada noche los mismos temas y sin embargo en cada ocasión un concierto es completamente distinto del anterior, entonces es cuando estás delante de algo realmente especial.