sábado, septiembre 12, 2009

PIZZAS Y GIN TONICS: SALTIMBOCCA & ÚBEDA

Realmente necesitamos rodearnos de belleza, o por lo menos saber donde encontrarla cuando hace falta. La belleza de mi pareja, esa la he de conservar y cultivar siempre, también otras, como tocar un solo de armónica y ver que funciona, escuchar un disco, emocionarme con los primeros quince minutos de la película de Pixar Up y tantas otras cosas. El mundo es cruel, a mi alrededor las parejas se rompen, el alcohol destroza corazones y nadie tienen huevos de decirse las cosas a la cara, y por supuesto, yo también tengo y causo problemas. Pero me puedo comer una pizza y tomarme un gin tonic, es una opción. Vayamos por partes. Tenemos la suerte de que muy cerca de casa hay un bar de barrio precioso, donde se come (bastante mal, lástima) y sobretodo, donde después de cenar puedes bajarte a tomar unos deliciosos gin tonics, especialidad de la casa. El Úbeda, que así se llama el bar, está cerca de la plaza Francesc Macià, de fuera es lindo, como lo son todos los bares lindos, es más, un bar debe transmitir toda su poesía antes de que entres, si no te seduce desde la calle pasa de largo; aquí la luz que sale de las ventanas es cálida, las paredes oscuras, parisinas, las botellas de vino cuelgan de la pared ordenadamente, las mesas son de madera y la gente sonríe, discreta, a través del cristal, hay que entrar en el Úbeda. El gin tonic es la bebida de moda en Barcelona, y es un gusto comprobar que lo preparan bien, siguiendo el protocolo (piel de limón, mucho hielo, mojar el borde de la copa con el limón, nada de vasos de tubo ni palanganas). Ahora abren otro Úbeda en la calle Córsega, les irá de fábula. El gin tonic por cierto, nueve euros, precio normal y aceptable, aunque sería un detalle que lo rebajaran a ocho. Antes de apalancarte en el Úbeda, puedes comerte una rica pizza calzone de cap-i-pota en el Saltimbocca, una calle más arriba, pizzería urbana con pretensiones que acaba de abrir Jordi Vilà, el chef del Alkimia (una estrella Michelín). Recomiendo el local, te atienden relatívamente bien, casi te miman, pues están empezando y han de crear fidelidad, y las pizzas son originales aunque ojo, no todas funcionan igual de bien, y la masa no me convence en algunos casos, la prefiero esponjosa y con fundamento. Pero es una buena pizzería que empieza a andar y que lo tiene muy claro. Pizzas y gin tonics al lado de casa, o como combatir el mal desde tu propia calle.