viernes, agosto 15, 2014

REMEDIOS PARA EL VERANO

Odio el verano. Solo después de un proceso de asimilación de que esto es lo que hay, y que hay que pasar por los pantalones cortos, el sudor, la cutrez playera y tantas otras cosas, puedo superar dignamente el mes de agosto. Quizás me viene de niño. Mis veranos eran solitarios, como si el tiempo se detuviera en días pastosos y anodinos.

Pero musicalmente tengo mis remedios. Escucho más a los Beach Boys en invierno que en verano, así que para estos días prefiero combatir mi suerte con música invernal. Pocos discos me sugieren tanto frío y tardes de hojas caídas, y la calidez de la nostalgia y ese estado mental que solo puedo encontrar a baja temperatura, como Actos inexplicables, de Nacho Vegas. Estas canciones son una obra maestra absoluta, un disco que crea vocaciones y te deja apeado y sin palabras en la parada de autobús, envuelto en tu abrigo y bufanda. Muchos entramos en Nacho Vegas por la puerta de esa instrumental soberbia que empieza el disco. Luego, una capa de tarde y brisa gélida, de actos irremediables y también inexplicables, lo invade todo. El Ángel Simón, la versión de Townes van Zandt...

Plantar cara a la sobresaturación veraniega desde todos los ámbitos. En el musical, no hay verano sin discos como este.