Un buen educador tiene la intuición de saber si lo que le está diciendo al
niño, lo que le recrimina, lo que le elogia, es auténtico o no. Tengo la
ventaja de estar dotado de este sentido primario. Lo sé.
Sé cuando toco las teclas correctas, cuando fluye la comunicación, cuando
repartes buenas cartas. Y sé cuando lo hago mal, porque
lo siento, porque lo que les dices es un reflejo de tu medida moral, de tu
perspectiva del mundo, de como te encuentras y en que punto estás. Cuando te
comunicas en clase, tienes un sentido arácnido, una bombilla que se enciende y
te avisa si articulas mensajes en una sola dirección, la de tu propio ego, si
abusas del piloto automático; cuando las cosas no fluyen y se rompe la
partitura.
Enseñar es un placer creativo, comunicativo, ¡mola!, y es también un
termómetro moral. Me da pena observar como hay educadores que no saben mirarse
al espejo mientras dan la clase. Otros nos vemos reflejados en lo que enseñamos
y como lo enseñamos. Luego intentamos tomar nota y hacer los deberes.
martes, noviembre 19, 2013
jueves, noviembre 14, 2013
"LAST DAYS HERE" (2011) DIARIO DE UN DESPOJO HUMANO
Se nos han puesto de moda en los últimos años los reportajes de músicos de culto venidos a menos, bien, a mucho menos, que tratan de redimirse, y finalmente, gozan de su merecida última oportunidad.
Last days here documenta la vida del despojo humano que lideró a una de las cult bands más subterráneas el rock duro, los fantásticos Pentagram, creadores de un muro de sonido sabbathiano que, acudo al tópico, acunó al futuro doom norteamericano. Bobby Liebling està muy jodido. Yonqui, viviendo con sus pedres como un niño cuando ya pasa de los 60 años, inútl y confundido en su mundo de soriasis, roña y crack. Pero gozará de una nueva oportunidad, como marca este nuevo género que ha visto grandes y populares piezas como Anvil! The story of Anvil o Searching for Sugar Man.
Sin embargo, lo que más me ha emocionado de Last days here es la pasión que siente por la música, y la incomprensible fe por la persona, de Sean Pelletier, el fan que sueña con que su héroe vuelva a ser lo que una vez fue, y que se deja la piel y la vida en ese imposible empeño. La gloria se la lleva el viejo Bobby, pero nada sería de él ahora sin fans como Pelletier. Ahí està el corazón de la película. Y a eso se le llama amar la música.
Aquí os dejo con la peli entera y con subtítulos. A disfrutarla ¡y a sufrirla!
Etiquetas:
BOBBY LIEBLING,
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