sábado, enero 07, 2012

DE TAPAS EN LA CAÑOTA


A punto de ser padre, voy diseñando mentalmente el mapa de restaurantes que me hará ilusión visitar con la pequeña. El ego de un padre puede ser monumental, y uno se imagina enseñando a su hija las bondades de la barra del Coure, o de un concierto de Iron Maiden. Pura fantasía, mejor empezar siendo prácticos, posibilistas. Un local que caerá sí o sí en algún momento de algún fin de semana es la Cañota, calle Lleida casi con Paral·lel, guasón restaurante de tapas de los hermanos que llevan el Rías de Galicia, clásico entre los clásicos del mejor pescado en Barcelona, y quienes se han asociado hace bien poco con el imperio Adrià para perpetrar el restaurante más chipiguays de la ciudad, el Tíkets. Recomiendo un mediodía de tapas en la Cañota, con buena conversación y el diario bien cerquita. El local es divertido, con ilustraciones tipo cómic decorando las cristaleras, el ambiente distendido, combinando lo típico con la modernez Tíkets más desenfadada. Y las tapas son excelentes. Ya el pan con tomate, que te haces tú mismo, pone de buen humor a cualquiera, y más si encima extiendes una deliciosa anchoa. Las bravas están hervidas, nada de fritanga, y una vez te acostumbras (al segundo bocado) concluyes que son buenísimas, y que en Barcelona hay mucho mito con las bravas de tal o cual local; estas son de notable alto. Las croquetas de bacalao son golosas, repites seguro. Y la mini empanada de sardinillas, una delicia. La cañita está a un euro, y puedes alargar la comida hasta el pulpo o el cochinillo, que es asignatura pendiente para nuestra próxima visita. Muy recomendable.