miércoles, abril 06, 2011

HACEN DAÑO Y LO HACEN BIEN

Me interesan las personas que hacen daño. Digamos que todos hemos hecho daño alguna vez, a veces involuntariamente, a veces con pirueta, dos volteretas y aplauso incluído. Me interesan las personas con púas en el cuerpo, las que pueden erizarse si te acercas por el lado malo y hacértelo pagar muy caro. Con elegancia, sin adornos innecesarios, dígnamente. Tan consustancial al ser humano, la capacidad de clavarnos el aguijón los unos a los otros la tenemos desde que nacemos, pero hacerlo bien y saber cuando... eso es un don. Hay tanto fantasma, tanto idiota que dispara perdigones sin saber si da o no da; los voceros, los que montan pollos, los de a mi este me va a oír, los que siempre van a decir cuatro cosas y luego se callan la boca, los inoportunos. Y luego no hay nada más triste que alguien sacando el puñal cuando no toca, cuando no se anuncia batalla, cuando los demás están por otra cosa; ni nada más ejemplar que alguien que da la estocada cuando debe darse. Los que desenfundan la frase más hiriente en el momento único y finito, ese y no otro, en el que el pinchazo va a doler y el veneno va a inocularse sin tiempo de reacción. Ellos no van a matarte, no gritan ni se las dan de montar pollos, incluso te ayudarán a levantarte, pero cinco segundos antes, cuando todavía estabas de pie y te creías invencible, te han disparado en plena línea de flotación. Y tú ni te has dado cuenta.