sábado, junio 11, 2011

CINDERELLA (RAZZMATAZZ, 10-VI-11)


Con la velocidad a la que corre todo a partir de los 30, uno ya ni valora que hace años, era inviable pensar que vería a Cinderella encima de un escenario. Ahora vas a Razzmatazz, miras, escuchas, valoras y llegas a casa con la opinión formada y a otra cosa. Como digo, todo corre mucho ahora, aunque para Tom Keifer haya sido una dura travesía hasta poder girar de nuevo en condiciones. Ayer lo pasé bien, las canciones sonaron bien, y hubo momentos en que me emocioné, como en la perfecta Heartbreak station, Nobody´s fool, Gipsy road... Pero eso se daba por descontado, como tener que pagar cuarenta euros por un concierto no mucho más largo que el que dieron en Madrid el año pasado, y eso que los promotores juraban que esta vez duraría más. Tom Keifer conserva buena actitud, y su voz funciona más o menos bien. Hay momentos en que berrea los temas, porque ya no es capaz de cuidar los matices, como en Don´t know what you got. Sigue acaparando protagonismo muy por delante del resto de la banda, y Cinderella siguen siendo candidatos a ser una banda de blues rock clásica (cuanto más lejos del sonido Night songs mejor, by the way), una referencia. Pero siempre candidatos. Sin canciones nuevas, sin riesgos, la carrera de Tom y los demás, ya en la que podríamos denominar "última fase", puede perderse. Llevan tiempo girando con estos temas, cómo es posible, podrían firmar algo con el espíritu de Heartbreak station, tratar de sacar sus conciertos del molde de grandes éxitos, estirarse en jams, darse un toque más Black Crowes en todos los sentidos. Pero ahí fallan, con conciertos de hora y veinte y sin música nueva, no hay nada que hacer. Y no me quejo, eh, lo importante es que ayer estaban ahí. La sala no estaba a reventar, supongo que por el exceso de conciertos y Azkenas, y el público satisfecho, aunque sin dar volteretas ni durante ni después de la actuación. A pesar de todo, bueno sería pararse y valorar que, por fin, he visto a una de mis bandas favoritas.