martes, octubre 13, 2009

LADRILLOS EN EL PARAÍSO

La Vall Fosca es un paraíso de verde y aire en la montaña. En las vertientes del valle, pueblecitos mínimos salpican el paisaje, hay ríos y riachuelos, y aunque no será igual, sí conserva bastante de lo que debía ser cuando mi padre era pequeño. En la zona más profunda del valle empezaron a construir una polémica urbanización destinada a servir de campo base para unas futuras pistas de esquí en la parte más elevada de la montaña. Llegó el cemento y los lugareños se frotaron las manos. Por fin rendirían esos terrenos, esas casas familiares en ruinas, esos pastos abandonados. Sin embargo, cuando las edificaciones estaban en su fase final llegó la crisis y los problemas, y ahora el gran proyecto (que incluía en su nombre la jodida, terrorífica palabra "resort", símbolo de lo catetos que somos y de lo destrozado que tenemos este país) es un conjunto de casas feas, deshabitadas y fantasmales, calles desiertas sin servicios básicos, una mastodóntica estructura que debía servir de inicio del recorrido del telesilla y montones de mierda y barracones de obra. La maleza tendrá trabajo para ocultar todo este desaguisado, y las manos de los lugareños ya solo se frotan por el frío. Me alegro de que todo haya salido tan mal, de que a los que promovieron la operación y los que se beneficiaron de esta (o lo esperaban) se les caiga ahora la cara de vergüenza al ver tanto ladrillo inútil. Hay que ser más cínico, más rápido y más valenciano para pretender un Marina d'Or en el Pirineo. La crisis tiene aspectos positivos (aunque nuestras cuentas corrientes no los reflejen), ahora hay un buen gusto, una estética cuando se detienen por falta de fondos magnas obras como la de la Plaza de las Arenas de Barcelona o este idiota resort en el valle más bonito de Catalunya. Y también es un aviso de lo que nos vamos a encontrar cuando la situación remonte y muchos vuelvan a frotarse las manos... de avaricia.