jueves, octubre 16, 2008

BARTON FINK: MIRADA ALUCINADA.


Un hotel que parece tener vida propia, con Steve Buscemi de botones y John Goodman en la habitación de al lado. Y John Turturro, un escritor ante la temible página en blanco.

"QUEMAR DESPUÉS DE LEER" (2008, JOEL & ETHAN COEN)


Que el cine de los Coen ya no será Barton Fink ni Muerte entre las flores parece claro. Muchos crecimos culturalmente con sus películas de los 90, los hermanos Coen, Joel y Ethan, eran dioses, y nosotros aspirábamos a vivir el cine como se vivía en aquellas escenas de John Turturro mirando, alucinado, el papel desconchado y húmedo de su habitación de hotel en Barton Fink. Hoy he visto Quemar después de leer, su nueva obra, y he salido contento del cine, bien, por lo menos no es Crueldad intolerable, es algo más que una comedieta, es un buen guión, y George Clooney y por supuesto Frances McDormand, son caras plenamente coenianas, y pillan a la perfección ese sentido del humor tan particular. Pero me quedo antes con No es país para viejos, que conecta más estrechamente con sus mejores obras del pasado, con las cotas de Muerte entre las flores, Barton Fink y Fargo, cotas que, parece, de momento no van a poder igualar.

MIEDO

El miedo me paraliza, el miedo que poco a poco voy conociendo mejor. Al principio pensaba que cuando tenía esos largos periodos de pereza y desvanecimiento personal, como si me desenfocara, pensaba que era eso, pereza, un perezoso que bosteza. Ahora entiendo que la pereza es una reacción, mi mecanismo de defensa, y cuando la noto, entonces sé que es miedo lo que me pasa, a no enfrentarme, a no luchar a no lo que sea. Ayer me contaba un amigo que el miedo no se va nunca, pero que por lo menos puedes mantenerlo a raya. Y yo pensaba que el miedo no vive en las grandes cosas, sino en las gilipolleces de cada día. Pisa a esa cucaracha que te aterroriza en la escalera, chaf, mátala; llama a esa empresa con un par de huevos, diles quién eres y que aquí estás para lo que necesiten, el no siempre lo tienes... Venciendo las diminutas batallas de cucarachas asquerosas, ni te darás cuenta y estarás ganando en las grandes guerras.