domingo, diciembre 14, 2008

KISS: "THE RETURN OF KISS TOUR 1979"


1979, Kiss son la banda más popular de Estados Unidos, son una máquina de franquiciar productos de merchandising (desde kits de maquillaje hasta máquinas de pinball), obtener discos de platino y llenar portadas de revistas de rock y no rock. Pero para ellos eso no es suficiente, en su cabeza son sencillamente la banda más popular de la historia de la humanidad, y ahora quieren demostrarlo, que se les cite en las enciclopedias junto a Kennedy y Sinatra. Por ello, en los planes del management para el nuevo tour de apoyo a Dinasty figuraban varias propuestas que a nadie le parecían demasiado descabelladas para una banda como Kiss, propuestas pensadas para hacer de los cuatro super héroes, cuatro dioses inalcanzables, y cuatro máquinas expendedoras de billetes verdes : Para el tour "The return of Kiss" de 1979, se estaba diseñando un escenario que se asemejara a un gigantesco hangar futurista, con cierto toque que le diera también un aspecto de pista de discoteca al estilo Studio 54, muy en boga por aquel entonces; querían también montar un super parque de atracciones dedicado a la banda -montaña rusa Kiss, túnel del terror Kiss, algodones de azúcar Kiss...- que se pudiera instalar y desinstalar en cada ciudad donde el grupo tocara, junto al pabellón donde se celebrara el concierto, para que el fan tuviera su experiencia kissmaníaca total, concierto+parque de atracciones; se esperaba que la gira se alargase a más de 100 actuaciones, a dos fechas por ciudad (algo inaudito, una cosa es tener dos fechas en Nueva York, cosa normal, otra es tenerlas en Boisie, Ohio), y se propusieron nuevos y espectaculares efectos escénicos para epatar a las masas que tenían como protagonista los láser: se planteó la posibilidad de una batalla de rayos tipo Star Wars en medio del escenario entre Ace y Paul, y se estuvo a punto de poner en marcha un efecto de láser que salía de unas gafas especiales que llevaría Paul durante el concierto. Pero pronto la realidad más cruda hizo acto de presencia: El efecto láser podía dañar la vista de Paul para siempre y se deshechó, lo del parque de atracciones devino en algo impracticable económicamente, y pronto el calendario de gira bajó ostensiblemente de las más de 100 fechas prometidas: no había ni de lejos tanta demanda.



Pero entonces... ¿Qué ocurría? ¿No eran los más grandes? ¿Los únicos? Sí, lo eran, pero hay un aspecto del show business que Gene Simmons nunca ha entendido: la sobresaturación produce rechazo y finalmente... olvido, y por aquel entonces, Kiss estaban en todas partes. Los grupos de rock en el estrellato suelen ser alérgicos a la realidad, y por ello nadie tomó nota: Kiss eran grandes, pero menos que en 1977 y 1978. Las tiendas de discos devolvían enormes pedidos de los discos en solitario de Paul, Gene, Peter y Ace que ya nadie quería ver ni en las cubetas de segunda mano, y las jugueterías empezaban a tener toneladas de stocks con material Kiss (radios, muñecos, gomas de borrar y mil patentes más) de los cuales no podían deshacerse porque ya nadie los compraba. El momentum de Kiss estaba a la baja, pero la inercia del poder y el dinero que llevaban desde el 77 era tan potente, que ellos se limitaban a pensar en parques de atracciones monotemáticos y efectos láser para sus conciertos, mientras Paul Stanley pasaba las noches codeándose con la farándula en Studio 54 y macro-follador-Gene, un inmigrante judío cegado por la gloria del sueño americano, se metía en berenjenales amorosos con Cher. Ace bebía y se construía un estudio subterráneo en su nueva finca de Connecticut, y Peter se drogaba y empezaba a grabar un disco en solitario que le permitiría triunfar (pobre iluso) fuera de el grupo que le había hecho ser alguien.


(Gene -sin maquillaje y con el rostro oculto, ya que por entonces todavía intentaban mantener el misterio sobre su verdadera identidad-, acompañando a su maestra en el mundo de la jet set de Hollywood: Cher)

Para colmo, el disco Dinasty (excelente muestra de grupo de rock cruzando el sonido disco setentero con el hard rock de la época, uno de mis favoritos) había producido un hit: I was made for loving you, y eso todavía les mantuvo a todos más en la nube, sin darse cuenta de que la canción también había alienado a la facción más rockera de la Kiss Army, cabreados por el sonido más pop de temas como el citado I was made... o Sure know something. Quizás el único que veía la realidad tal como era fuese Ace, que como digo se limitaba a beber y reírse en las entrevistas, entre bromas espaciales sin sentido, para escarnio del siempre apretado Gene (ver la famosa entrevista televisiva de Tom Snyder a la banda: un Ace bebido destroza el momento de gloria de Gene con sus bromas surrealistas, buenísimo), pero era Ace el único que se empeñaba en mantener la esencia rock de la banda, y odiaba tener que interpretar cada noche I was made for loving you. Así, por un lado todo iba viento en popa con Dinasty, pero por otro, empezaba a asomar la sombra de la decadencia.


(La entrevista de Tom Snyder donde Ace deja en ridículo al soseras de Gene delante de toda América. Referencia obligada en Youtube)

Finalmente, el tour empieza su recorrido con dos fechas en Largo (existe un video mítico, maravilloso, de la segunda noche, lo incluyeron en los DVD´s de Kissology), e, insisto, la cruda realidad hace acto de presencia en las mentes prepotentes de los cuatro Kiss y sus managers: Lo que prometía ser un tour más grande que lo más grande que jamás hubiera girado por el país desde Led Zeppelin, se convierte en una experiencia agridulce. Pero vamos por partes, el montaje es excepcional, los cuatro empiezan cada concierto saliendo a escena por unos elevadores que suben desde la parte inferior del escenario, cada miembro iluminado por un foco con su color tradicional (Paul morado, Gene rojo, Peter verde, Ace azul), y la fiesta empieza con Ace sosteniendo una nota y... King of the nightime world para abrir el espectáculo. Repertorio, actitud y escenario son perfectos: el set list sorprende porque incluye canciones de los cuatro discos en solitario editados el año anterior (Move on, Radioactive, Tossin´and turnin´ y el semi-hit de Ace New York Groove), la actitud de la banda se resume en las inagotables ganas de Paul (que sigue en una forma tremenda, con esas ánsias de entretener y sentir que todo el mundo se lo pasa bien) y Gene (siempre explorando su personaje diabólico, ampliando sus rituales, jugando a ser el Lon Chaney del rock), los dos están sobrios, ni beben ni se drogan, tan solo meten su polla en las groupies, y aunque no beber no es muy divertido, si repercute en un increíble rendimiento en escena.


(Escenario para la gira The Return of Kiss 1979)

El montaje, aunque no sé si se asemeja al hangar discotequero prometido, sí es un diseño bastante revolucionario, con dos niveles por los cuales Ace, Paul y Peter pueden pasearse a su gusto, y unas líneas originales y atractivas (mi escenario favorito de Kiss junto con uno de los utilizados en el Asylum Tour y el cañón-escenario de los años 82 y 83). Además de los efectos especiales y rituales ya clásicos (Paul rompiendo su guitarra, la batería elevándose, la guitarra humeante de Ace, Gene escupiendo fuego y sangre, por supuesto las explosiones...), el montaje incluía espectaculares novedades: Gene se eleva hasta la altura de los focos, desde donde interpreta God of Thunder, y vuela de un lado a otro del escenario cual murciélago, agarrado por unos cables metálicos (erróneamente, durante el tour de reunión de Kiss del 96 todo el mundo se pensaba que este era un efecto nuevo, pero ya había sido utilizado en la época Dinasty), la humeante de guitarra de Ace no solo arde, sino que vuela hasta el techo del pabellón (gracias a los consabidos cables, claro) al final de su solo, luego Space Ace dispara cohetes con otra Les Paul, que explotan en la parte de los focos, creando gran confusión en el público, por último, las "novedades Ace" terminan en la carismática Gibson luminosa que utiliza en I was made for loving you. Y no me olvido del vestuario, mi favorito de toda la historia de Kiss, en especial ese felpudo de la selva en el que convierten al bueno de Peter, y los manguitos de Paul, aunque las botas de Gene son también un delirio.


(Kiss y su nuevo pret a porter para 1979)

En definitiva, Kiss invirtieron tiempo y dinero para ser el espectáculo más colorista y entretenido de América, cosa que no evitó que a cada fecha de la gira, la venta de tíkets disminuyera alarmantemente, y el plan primigenio de dos fechas por cada ciudad tuviera que ser deshechado, cancelándose un montón de conciertos a medida que avanzaba el tour, y teniendo que soportar el grupo pabellones con grandes claros de asientos sin llenar (aunque no fue como en la peor época de la banda a nivel de asistencia a conciertos, en el 86, cuando Paul solía comentar antes de salir a escena: "¿Encargamos un par de pizzas? una para el público y otra para la banda"). Habían diseñado un espectáculo caro y ambicioso, y no hacían más que perder dinero. Antes de llegar a mitad de gira, ya solo querían que todo terminase para no perder más pasta y prestigio. Mientras, la banda por dentro se deshacía en mil pedazos, y las facciones "straight" de Gene y Paul, y "loose" de Ace y Peter se separaban a kilómetros de distancia. A Peter Criss todo eso se la traía floja, y le daba a la coca y al alcohol sin freno; Peter es un batería con un sonido entrañable, pero un gilipollas sin medio gramo de inteligencia, y lo empezó a demostrar por entonces, cuando era incapaz de mantener el tempo de los temas y, lo peor de todo, se empeñaba en descojonarse cada noche mientras interpretaba su tema insignia, Beth. Para matarlo, vaya. Ya en la grabación de Dinasty no había tocado la batería un solo segundo, y Gene y Paul perdían el sueño pensando que a la noche siguiente Peter caería desmayado del taburete de la batería. Faltaba poco para que el batería se largara definitivamente y diera por finalizada la era clásica del grupo.

Dinasty, el periodo, el disco, el tour, tiene el incómodo papel de bisagra en la historia de la banda, mantiene la brillantez del pasado a la vez que anuncia la decadencia del futuro. Para el siguiente disco, Unmasked, ya en 1980, Kiss ni siquiera girarían por su propio país, por miedo a arruinarse definitivamente con un espectáculo que no llenaría ni medio pabellón, además, ante la propuesta de su management de realizar giras por locales más pequeños, acordes al valor real de su status, Gene y Paul se escandalizaron, negándose a caer tan bajo, y buscando nuevos mercados donde si pudieran actuar ante hordas de fans hambrientos en grandes recintos, como Australia y Brasil. Como decía al principio, la realidad no entra en los planes de las estrellas de rock, y antes que actuar en cualquier sala de mala muerte de Chicago o Boston, mejor quedarse en casa.