miércoles, agosto 26, 2015

LA GUERRA


Vivir con tu pareja es un billete de ida a muchos momentos felices, y otros tantos de tremenda sordidez.

Mi peor versión suele mostrarse a través de discusiones que nacen de la nada y acaban en cruentas batallas, donde cada uno mostramos lo más desagradable de nuestro repertorio. Hay momentos en los que puedo notar en toda mi piel el odio que despierto. Hay momentos en los que no entiendo como soy tan imbécil. Entonces abro la caja fuerte y  saco lo peor, lo más crudo y asqueroso. Son minutos en caída libre. Lo construido no importa, hay que destruir, y rápido.

Volver agotado de la guerra, observar las ruinas y decir, hay que construir otra vez ¿Cuántos estaríais dispuestos a hacerlo una, diez, cien veces? ¿Cuántos habéis abandonado a la primera luz roja? El amor te roba la energía y te hace viejo. El amor da miedo.

Y aún así, eres suficientemente buena como para darme una oportunidad, y yo para darte otra. Hemos llegado tan lejos. Nadie me va a escuchar tan bien como tu, nadie me querrá mejor que tu. Somos insistentes en la guerra porque sabemos que después hay un regreso.

Milagrosamente, después de mil cicatrices y siglos de rabia, volvemos a casa.  

domingo, agosto 16, 2015

JOAN MIQUEL OLIVER, GRÀCIES

No voy a empezar a comprarme discos de Manel, Amics de les Arts, Mishima y su puta madre. Mis prejuicios me los llevo hasta la tumba. Pero.

Ayer, presenciando algunas canciones en directo de Joan Miquel Oliver, el tiempo se paró. Mejor: él cogió el tiempo, se lo metió en su guitarra, y fue devolviéndonoslo suavemente. Que el ex líder de Antonia Font es un genio ya lo sabía, aunque su música me interese bien poco (si bien adoro alguna canción suya: escuchad Clint Eastwood, es para llorar). Pero él y yo, ayer, estuvimos por unos minutos en la misma dimensión extraña, tierna, pequeña y alucinada. Luego, antes de irme a dormir, volví al nuevo disco de Warren Haynes, todo en orden. A veces hay tormenta y algo de agua entra en casa. Está bien.

A Joan Miquel Oliver he de agradecerle que me salvara por dos o tres canciones, que me transportara de forma tan sencilla. Que me dijera lo que yo no sabía que quería escuchar.  

jueves, agosto 06, 2015

CATALUNYA Y LOS PARKINGS


En Catalunya siempre buscamos aparcamiento, nunca parking. En Catalunya preferimos dar vueltas durante dos horas por el hormiguero de Calella de Palafrugell, llegar casi hasta el Far de San Sebastià, con tal de aparcar en la calle, mientras que en la entrada del pueblo hay un parking precioso, perfectamente comunicado, que te deja guardar el coche por solo 12€ al día, el precio de algunos de los gin tonics que te vas a tomar.

En Catalunya recorremos comarcales y subcomarcales sin asfaltar, pensando que llegaremos antes y nos saltaremos el atasco, y que somos más listos que los demás. En Catalunya nos aterran los parkings, cuando ellos son el principio de nuestro ocio, y de una gran noche. El parking es nuestro amigo, pero no lo pillamos, preferimos la histeria al volante, perder los nervios y tirar nuestro tiempo buscando inverosímiles aparcamientos.

La edad te hace amigo de los parkings. Entiendes su maravillosa función social. Son el instante previo a la cena que te espera en el restaurante soñado. Los parkings cuidan de nuestro coche y allí nos esperan cuando llegamos, después de haber conquistado el mundo. Es tu tiempo, no tu dinero, estúpido.

sábado, agosto 01, 2015

TOCAR, CELEBRAR

La diferencia entre el rock n'roll y la mierda y la pérdida de tiempo, la notarás rápido en un concierto.

Los hay que salen al escenario y dicen "voy a tocar unas canciones", y lo hacen y probablemente sea de.puta madre. Pero no hay filo ni metáfora. Tocando, solo tocando, no hay victoria.

Luego hay otros que salen. Quizás no dicen nada, quizás lo que suena es jodidamente imperfecto. Pero piensas: ok nena, esta noche lo celebramos. Y aparece el vértigo y la euforia, y la guerra, por fin, la ganas tú.

Hay bandas que tocan. Hay bandas que.celebran.