miércoles, junio 17, 2015

LA LÍNEA

La diferencia. Yo puedo decir una gilipollez impresentable en Twitter, un cargo público no. Un tipo como el de edil de cultura de Madrid, Guillermo Zapata, que se dedica a algo tan maravillosamente humano como la cultura, no puede escribir lo que escribió hace cuatro años. Es así. Un tipo que va a servir a la gente, que decidirá lo que está y lo que no está en una ciudad como Madrid, que va a ser el máximo responsable de algo tan ligado a la ética, a la moral, a los valores humanos más esenciales, no puede escribir lo que escribió.

Algunos lo han llamado cacería. Bien, pues cacería. Por una vez estaré de acuerdo con los cazadores. Me da igual quién haya aprovechado la herida para meter el dedo y el pie. Este tipo es un impresentable. Ya en términos normales: un ser humano equilibrado no puede decir estas cosas ni borracho. Hay una línea, pásala y estás fuera. El Holocausto, las víctimas del terrorismo, son la puta base de nuestra moral, son la diferencia entre nosotros y ellos, entre nosotros y los criminales y la barbarie. Hay una línea, y va desde el chiste al asesinato, es la misma línea. Pásala y estás fuera. Mi hija jamás me oirá decir cosas así. Jamás.

Tenía un amigo que a veces les gritaba "¡vamos negro!" a los futbolistas, lo hacía en broma, no lo pensaba. me da igual. Hay cosas que el humor no debe tocar, y menos con un talento tan nulo, con una idiotez tan inmensa como en el caso de Zapata o mi amigo.