martes, octubre 18, 2011

ALEJANDRO ESCOVEDO, MUSIC HALL (17-X-11)


Definir en poco espacio el concierto de Alejandro Escovedo y su guitarrista David Pulkingham en la rara y cara sala Music Hall de Barcelona es fácil: sencillez á la máxima potencia. Ni las canciones de este superviviente son complejas, ni su lenguaje está sembrado de enigmas, ni su personalidad es, a primera vista, distante o misteriosa. Con Alejandro Escovedo -que se presentó sin su banda, acompañado únicamente por su guitarrista- todo viene de cara, sin trampa ni exceso de retóricas. Todos sabemos que detrás de la carrera de este hombre, ahora ligada a la Springsteen Mafia del management de John Landau, hay océanos (o desiertos) de oficio y carretera, como él mismo se encargó de contar ayer, en una de sus muchas pausas para ejercer de storyteller. Cantó un último tema, la versión de The Band It makes no difference sin micro ni amplificación, a pelo, y fue bonito, y empezó el recital con la fenomenal Anchor, que inicia su último disco Streets songs of love. Entre medio, un tipo que no necesita incendiar al público ni sobreactuar, que se basta con sus sencillas canciones para llegar a donde quiere. Un tipo humildemente encantador, y un ejemplo de que el arte es mitad genio y mitad oficio. Prometió volver con sus Sensitive boys y roquearnos como merecemos. Y tocó un par de temas de su futuro nuevo disco, de nuevo con todo un Tony Visconti a la producción. Esperemos que sea la mitad de bueno que sus últimas obras.