martes, enero 16, 2018

RESPETO


Nunca fuí mucho de The Cranberries, sobretodo porque no tragaba las piruetas vocales de su cantante. Nunca me gustaron pero los respetaba, y respetar a una banda en el 94 o 95, a esas edades del todo o nada, es mucho.

El respeto por The Cranberries me ha acompañado hasta ayer mismo, día en que nos enteramos de la muerte de Dolores O'Riordan. El respeto en el mundo del rock n´roll es importante. Es ese término medio entre lo que odias y lo que amas, un estado de excepción, un purgatorio formado por bandas que no enviarás al infierno por poco y que, quién sabe, quizás algún día llegues a apreciar. Odiaba Zombie, quién no, Zombie fue quizás una de las diez canciones más radiadas, emitidas y sobadas de los 90. Pero aún odiándola profundamente, había una gravedad, unas guitarras, y una banda que se lo creía. Ante eso, como digo, respeto.

Hoy me sumo a tantas reflexiones de la gente de mi edad. Como esa de que, en 1994, mucha música comercial tenía esa verdad, esa capacidad de acompañarte, ese canal íntimo entre el oyente y el artista, a pesar de ser fenómenos planetarios. Dolores O'Riordan y The Cranberries, seguro, contribuyeron a formar tu criterio rockero y te ayudaron en los momentos en que más necesitabas compañía y amor. Y lo hicieron vendiendo unos cuantos millones de discos. Bravo.


miércoles, enero 10, 2018

"CASSOLADA"

"Cassolada" ha sido elegido neologismo del año en Catalunya, por delante de palabras como "feminicidi", o "gentrificació". La votación ha sido popular, y los organizadores dicen que ha sido un éxito, y que esta es una iniciativa ya arraigada en la sociedad catalana.

No me extraña que estemos donde estamos. Una "cassolada", que es salir al balcón de tu casa y dar golpes a la cacerola con una cuchara en protesta por algo, es un acto inútil, infantil y ciertamente cobarde. Sales cinco minutos, das golpes, y vuelves al sofá pensando que has hecho un gran acto de protesta; puedes incluso salir en pijama, con la cena a medio preparar, poniendo en pausa el episodio de Juego de Tronos. En este país panxacontenta pensamos que algún día cambiarían las cosas a golpe de cazuela, o de lazo amarillo, o saliendo a la calle una tarde de sábado a cogernos las manos. Si yo estuviera en la cárcel, les pediría amablemente a tantos miles de catalanes que se metieran la cacerola allá donde pudieran, y el lazo amarillo de paso.

Cuando la realidad, la triste realidad de la violencia, de la cárcel, y de la falta de entendimiento entre unos y otros, se ha impuesto, muchos se enorgullecen del reconocimiento de un término como "cassolada" (me repito: es tan asquerosamente burgués pensar que darle a una cazuela es un acto de protesta... ¿tan bajo ha caído el acto de protestar?).

Es tan absurdo todo que en esta votación, términos, estos sí, importantes, jodidamente importantes, como "feminicidi" han quedado por detrás de esta estúpida manera de quejarse.