lunes, diciembre 27, 2010

MEJORES DISCOS DEL 2010. MI LISTA.

A medida que pasan los años me veo incapaz de valorar si el rock está en crisis o no. No tengo ni idea de si esta temporada ha sido mejor en cuanto a calidad de lanzamientos que la anterior, no puedo comparar el 2010 con el 2009, o el 2005, me pierdo en valoraciones generales sobre el estado de la cuestión. Así que, agobiado, me agarro a los discos que más me han hecho vibrar estos últimos meses y punto. ¿Mejores que los del 2009? Ni idea.


Permanecerán mucho tiempo en mi memoria las sensaciones marcianas que me produce el disco de Neil Young. Le Noise es una caja de resonancia que emite en frecuencias perdidas en el subsuelo. A paso cambiado entre el presente y el pasado, Neil, su guitarra y un viejo ampli tratan de descifrar algún código desconocido desde la segunda planta de alguna casa perdida. Y todo sin dejar de ser un disco de Neil Young, con las clásicas, aquí inspiradísimas, canciones de Neil Young. Cada vez más, un grandísimo disco.

Band of Horses, con Infinite Arms, están llamados a ocupar grandes espacios y alcanzar grandes metas. My Morning Jackett deberán cederles sitio en la locomotora que arrastra el rock del futuro. Música paisajística, cinematográfica, también hay Beach Boys meets Neil Young & Crazy Horse, y un cuidado por cada detalle que me hace pensar que Bren Bridwell y los suyos sabían lo que tenían entre manos y han invertido en ello hasta la casita del perro. Han hecho bien, ahora el mundo les mira, y pronto les veremos en Barcelona.



De lo que yo he escuchado, Sharon Jones ha grabado el disco con las mejores canciones de este año. Anoche volví a escuchar I learned the hard way y qué decir. La clase de los Dap Kings y la autoridad de Sharon lo hacen un recurso perfecto para cenas en grupo (verano mejor), con gin tonics en la terraza y el mejor soul de fondo. El concierto de Apolo fue también de lo más ardiente del año.

Hank III y su troupe parecen salidos de la peor rulot del peor vecindario del peor extrarradio de los USA. Es country-hillbilly-punk, outlaw country, whatever, y lo tocan a todo trapo, mientras que las letras no ahorran en detalles morbosos. Las agujas se clavan en los brazos en plano detalle, las borracheras no duran una noche, duran toda una vida, y la poética de saberse lo peor de la sociedad y que eso te importe una mierda, rezuma en cada canción. Rebel Within no es ni mejor ni peor que el anterior Damn right, rebel proud, es otra vuelta de tuerca, cada vez más aguerrida, a esos dos primeros discos que nos deslumbraron hace 10 años, Risin´outlaw y Lovesick, broke and driftin´.

Necesito revindicar discos anti-cool como este. Voodoo, de Krokus. Y me siento orgulloso de que en mi resumen de lo mejor del años estén estos suizos, veteranísimos, que continúan sirviendo rock n´roll honesto y caliente como si todavía tuvieran que demostrar algo. Krokus son reivindicables, sus discos clásicos suenan brutales hoy día (ese One vice at time del 82...), y se mantienen mejor que nunca.



...Y la innegable calidad del Family Tree de los Whispering Pines (Stars above, ¿tema del año?), John Hiatt y su terroso The Open Road, el inabarcable doble cd de Blue Rodeo, Things we left behind, que todavía estoy estudiando con detenimiento de ornitólogo, la suavidad y timidez de Jakob Dylan (Truth for a truth, ¿segundo tema del año?), la solidez sin tonterías de la nueva entrega de Tom Petty, la explosión de The Brew y su A million dead stars, la recuperación del cetro del terribilismo gótic-country de Wovenhand y su The Threshing floor, la emoción soulera de Southside Johnny cantando Lead me on en su espléndido Pills & Ammo, John Mellencamp y su tratado arqueológico del rock n´roll No better than this, la clase y sensibilidad de Robert Plant en Band of joy, el barroquismo de Iron Maiden en un disco mejor de lo que parecía, The final frontier, el southern de calidad de Hogjaw y el oficio de Accept con Blood of Nations.
Me dejo algunos, pero así a bote pronto, estos son los discos que mejor han sonado este año en mis cada vez más sordos (estoy como una tapia) oídos. Un 2010 que en lo musical también recordaré por la muerte de uno de mis héroes, Ronnie James Dio, un tipo al que ahora más que nunca llevo en el corazón. Parece que hace un par de semanas estaba escribiendo sobre lo mejor del 2009, con el disco de Kiss o el de Derek Trucks. Ya ha pasado un año, la vida va demasiado rápido. Estoy acojonado.