lunes, julio 04, 2011

THE DIO DISCIPLES - ANVIL- THE RODS, BIKINI 4-VII-11


Algo debe tener la decadencia, el timo y la sinvergüenza para que yo, como una mosca, revolotee tanto a su alrededor. Me debe gustar la mierda y el pringue, y por eso, mientras leo tantas maravillosas crónicas del Azkena en mis blogs amigos, yo voy y me meto en un concierto de Dio Disciples, el tinglado que han montado cuatro decadentes para pagarse la hipoteca. Tal panda de cochambrosos salen este mes en todas las revistillas y, encabezados por Simon Wright, ilustre agarrafarolas, siguen los pasos de Joe Lynn Turner, otro maestro en eso de la currículum-exploitation. Lo hacen justificándose: Wendy Dio les ha dado su bendición para que salgan a la carretera a cobrar por reinterpretar las canciones de Ronnie. Pero eso me da igual. A veces queda bien y cuela, otras es un desastre, y el de ayer era un espectáculo triste. Pero el rock n´roll siempre ha sido rastrero en este aspecto. Donde puedes mojar, mojas. De la banda amorfa que tocó ayer en Bikini solo salvo a Doro, que destila ilusión y porque los discos de Warlock son siempre fantásticos de revisitar. Los demás, peña que quiere pagar facturas o gozar de diez segundos de ¿fama? ¿cerveza gratis? No sé, paso, pero como me gusta revolotear alrededor de la mierda, voy y pago. No tengo arreglo. En otro orden de cosas, antes de la actuación de la pandilla de Dio Disciples, salieron The Rods, veteranos heavys USA, relacionados con Dio por su líder, David Feinstein, primo de Ronnie y compañero suyo en Elf. The Rods me gustaron, quizás profundice algún día en su discografía. Luego subieron al escenario Anvil, probáblemente la principal razón por la que estuve ayer en Bikini, a parte de la mierda, como ya he dicho antes. Anvil ya nos caen bien de entrada por el documental, y es difícil juzgarles sin tener en cuenta las imágenes de "Lips" Kudlow trabajando de transportista de catering escolar, o, ilusionado, tratando de saludar a un borde Carmine Appice que no sabe ni quiere saber quién es. Me gustan Anvil, me gusta su música, y tienen una clara importancia histórica. "Lips" no parecía contento con algún problema técnico, y andaba muy mal de voz, aunque puso para la galería sus muecas y sus solos. Unos Anvil sin más mecha que la justa, con un gran Robb Reiner a la batería, y con Metal on metal para terminar, claro. Embrutecido tras la experiencia post-mortem de Dio Disciples, me fuí a casa y continué leyendo crónicas del Azkena y esperando a ZZ Top.