miércoles, junio 23, 2010

UN PROFESOR SE JUBILA

Hay tantas oficinas, comercios, fábricas donde empleados que han trabajado durante décadas, cuando llega su jubilación, son despedidos con un simple apretón de manos o como mucho un reloj, que me emocionó presenciar el "despido" multitudinario, cariñoso, que mi escuela le dedicó a uno de sus profesores, a punto de jubilarse. Fue una bonita lección para los niños que presenciaron el acto, y para nosotros, adultos, también. Hay una inmensa lección en la vida de un hombre que lleva trabajando cuarenta años en un mismo lugar. Una lección de profesionalidad, de solidez, de insistencia. Los arquitectos al final de sus vidas tienen sus edificios, los profesores la certeza de todos esos años de educación, de serena lucha diaria contra la estupidez. He conocido a profesores jóvenes, recién salidos de la universidad, cuyo nivel de motivación no era ni la mitad que el que ha mostrado este hombre amante del mar en su último año. Luego, como si tantas décadas no hubieran costado el esfuerzo de toda una vida, tuvo las palabras justas de agradecimiento, añadió un par de sus sutiles gotas de humor, dejó el micro, bajó del escenario y a los pocos minutos ya estaba en su clase de nuevo, con sus alumnos.