Con Cuba parece que todos lo tengamos clarísimo desde aquí. Siempre juzgamos la situación cubana con cierta suficiencia. Una dictadura, cómo puede un pueblo haber aguantado medio siglo a un tirano. O eso, o tíbiamente se defiende el sistema castrista desde la izquierda más miope y de chiquipark. Supongo que el hecho de que el tipo que ahora se jubila (por lo menos no espera a palmarla, gracias Fidel) haya estado al frente de su país durante tanto tiempo significa que no todo es tan simple, y que la situación allí es de mucha complejidad. El embargo estadounidense por ejemplo, que ha permitido que el régimen se cerrase todavía más en si mismo, dándole paradójicamente más fuerza y razón de ser.
Dictaduras las hay aquí, en España, la de los medios de comunicación, la de las grandes corporaciones de telefonía, las dictaduras de los bancos y las hipotecas, los precios y la ineptitud de la justicia. Aquí están más repartidas y travestidas. En Cuba todas las dictaduras confluyen en un punto, Fidel, añadiéndose por supuesto unas buenas dosis de porculismo a los derechos humanos. Es una gran noticia que te vayas Fidel, aunque no creo que Cuba empiece a abrir McDonalds por lo menos en los próximos diez años. Pero tiempo al tiempo.