miércoles, diciembre 16, 2009

EL LOTERO DE SORT

Siempre he pensado que el tipo que ha montado un imperio con la lotería en Sort es un genio y un trabajador nato. Pero ahora, después de verle hoy en un reportaje de TV1, pienso que además es un hortera. No hay nada peor que un rico inculto. En las escuelas tendrían que enseñar a tener dinero, que hubiera una asignatura que te enseñara a tener pasta, a saber comportarte con la cuenta llena de ceros, a no ser un nuevo rico imbécil. En el reportaje, el responsable de La Bruixa D'Or se pavoneaba de poseer una constructora capaz de montarte el pisito donde quieras, ¿Tenerife? ¡Tenerife! decía que toda una montaña junto al pueblo es suya, que construirá un teleférico, que inventará un sistema para que los turistas hagan rafting río arriba en vez de río abajo, que el pueblo no sería lo que es sin él, y en el colmo de la gitanería barata, dejaba que las cámaras entrasen en su santuarío vinícola, donde en medio de una decoración cateta estaban expuestas carísimas botellas de licor y vino, iluminadas como el cáliz sagrado. Iba con chaqueta de cuero negro, lo que no significa nada la verdad, pero su voz era la de alguien que hace tiempo perdió el norte y se lo dejó en el establo, con las vacas. Quiere ser un tiburón, como el Gordon Gekko de Wall Street, pero es de la liga de los Poceros y los Giles; es un empresario de trabuco y tabaco de mascar, que marca paquete y te mira desde arriba, muy arriba. Tampoco debería importarme lo que haga este tipo, ni lo conozco ni lo conoceré, pero su imagen me ofende, y que la gente le compre lotería también. Los ricos de verdad no son así claro, hay algo que se llama estilo, delicadeza y discreción. Luego nacen los resentimientos de pobres hacia ricos, no me extraña, con avestruces como el millonario de Sort.