lunes, septiembre 26, 2016

I NEED YOU


Realmente es su mejor interpretación en años. Desde lo último que grabó Bowie, nada me ha dejado tan roto e indefenso como este I need you de Nick Cave.

Sabemos que este hombre sufrió hace poco una tragedia horrible, aunque no sé si esta canción es de antes o después de la muerte de su hijo, pero me da igual. Tengo casi 40 años, ayer me escapé a un concierto de Destruction porque sentía que debía estar ahí, y ahora escribo sobre un tema que me deja sin palabras. No puedo escribir nada sobre el arrastrado fraseo de Nick, no puedo escribir sobre una canción y un disco que van a cambiar muchas cosas en mi, tal como hace más de 20 años me cambió Let love in. La vida, y la música, y todo, no me han dado ninguna certeza, acaso la de mi hija, por eso I need you me hace temblar, porque pide lo imposible, porque pide certezas, y amor, y lo hace con versos millones de veces escuchados, pero es así. No hay certezas, el arte y el amor es pedir, es cuando te quitan lo que amabas y ruegas a dios para que te lo devuelva.

Dejadme con las canciones que realmente me importan, dejadme con mis dudas, mi ceguera y mis pastillas. No esperaba ninguna respuesta de mi amado Nick Cave, tan solo que sacudiera mi corazón de nuevo, como cuando tenía 18 años y descubrí en su música un refugio que me acompañará siempre.

martes, septiembre 20, 2016

SABEN HACERLO TODO

Conozco a tipos que saben hacerlo todo. Sí, los aguafiestas.

Los que cuando vas a comer a su casa solo se fijan en el parachoques de tu coche, molido y desencajado, y paran el aperitivo para ver si tienen esas bridas que lo dejarán como nuevo; los que compran herramientas de juguete a sus hijos "el papa ho arregla tot"; los que se juntan en corrillo para debatir como construirse de la mejor manera una ducha para la piscina, sin mediación de albañil alguno, of course; los que se han pasado todo el verano instalando vallas metálicas en el jardín de su casa, con la mirada triste de su hijo, invisible a la locura del bricolage que sufre papá; los que tratan de arreglar la puerta que tu has roto, concentrados y serios, bajo la atenta mirada de tu propia familia "doctor, ¿se recuperará?". Insignificante, asisto a conferencias sobre cómo arreglar grifos, colgar estanterías, de cómo gente a quienes creías amigos, te dejan de lado para hablar de sierras radiales.

El mundo lo habitamos subhombres como yo, inútiles con nuestras manos, perezosos y faltos de iniciativa, incapaces que no sabemos si el taladro está atornillando o desatornillando. Y los héroes del hogar, admirados por tu propia mujer,  herejes del descanso dominical, hiperactivos, herramientas andantes, VIPS del Leroy Merlin, y competencia desleal de honrados lampistas, fontaneros y albañiles.

sábado, septiembre 10, 2016

UN CURSO MÁS

Tengo esta ventaja con respecto a muchos. Desde hace ya miles de años compatibilizo cualquier trabajo o profesión con mi tarea de especialista en una escuela.

Cada inicio de curso, una nueva aventura. Aunque cuesta horrores, aunque continuo sintiendo ese vértigo antes del primer día de clase, como el primer día que te enfrentas a un aula y, joder, nada funciona.

Ayer tuve el privilegio de asistir a una conferencia maravillosa con el resto del claustro de profesores. Hablaban del vínculo. La enseñanza pasa necesariamente por establecer un vínculo con el niño. Y que las preguntas son para todos las mismas, pero las respuestas diferentes para cada uno. El vínculo se llama amor, y la necesidad de intentar que ellos descubran, se apasionen, que cuanto antes ¡rápido! sepan que la pasión por lo que sea les mantendrá firmes, y lejos del dolor. Soul is the answer, ¿verdad?

Un curso más, siento lo que sentía en mi primer día. Y me sé, también, un privilegiado.