viernes, febrero 20, 2015

SIRO


Siro se merecía cuatro líneas por aquí.

Nuestro perrito de seis semanas no ha podido con la segunda vacuna y se nos ha ido. Era un diablillo, no paraba de hacerse pipí por toda la casa, tenía agotados a Tini y a Cotton, dos viejos lobos de mar de vuelta de todo; en cambio, Nahir le hacía de mamá, lo marcaba y lo dejaba dormir en su regazo.

En los últimos días, Siro se dejaba querer, respondía a su nombre y venía hacia ti como un pequeño panzer averiado, se desvivía por las caricias, y daba menos la lata mordiendo pantalones y zapatos. Lo mejor era que Marina lo quería mucho. Su Sirito, el cadellet. Marina entraba en casa siempre con unas ganas tremendas de acariciarlo. Se nos ha roto el corazón cuando le hemos explicado que al volver a casa Siro ya no estaría, porque sus hermanos lo habían venido a buscar para ir a vivir a una casita en la montaña; Marina primero ha dudado, "però el Siro és el meu amic...", ha sido complicado, pero al cabo de unos minutos, nos ha desarmado completamente, cuando ha concluido: "Estic contenta de que el Siro estigui amb els seus germanets!". Algo perdemos, y algo ganamos, el amor nos envuelve y ha de servir para algo. Era esencial que Marina entendiera de la forma más suave posible que Siro ya no está en casa.

A Siro lo abandonaron, junto con sus hermanitos, en una caja. Como tantos casos en este país de mierda. Podría haber pesado 30 o 35 kilos, y lo habríamos pasado en grande con él. Me gustan los perros, y me da mucha pena que Siro se haya muerto. Tendré que hacer caso a mi hija y estar contento, Siro está con sus hermanitos en su casa de la montaña.

miércoles, febrero 11, 2015

I STARTED A JOKE


Sí, a veces me vale un poco la pena seguir comprando el Popu. Esta vez, por un buen artículo sobre los Bee Gees, que me ha devuelto dos cosas: a Robin Gibb por un lado, y a Barry, el superviviente, que, vistos algunos Youtubes de su gira Mythology, se mantiene en buena forma vocal, considerando que este hombre ya salía por la tele cantando allá por 1963.

Robin Gibb no alcanzaba las cotas vocales de su hermano mayor, pero a cambio, y más con los años, su voz cobró emoción, humanidad, fruto quizás de sus propias limitaciones. Robin lanzó un single hacia el 1984, Juliet, que recuerdo escuchar un verano con 8 o 9 añitos, una y otra vez. Robin me parecía muy raro, un patito feo y raro al lado de la belleza de Barry. Luego descubrí que Massachusetts era él, y ahora sigue pareciéndome inmortal cualquier toma de I started a joke.

Acaban de editar 50st Catherine´s Drive, un compendio de lo que grabó Robin en sus últimos años. Me gusta casi todo, a pesar de algunas carrinclonerías varias. El hombre de en medio de los Bee Gees, artesano como sus hermanos, sabía como tocar fibras y colorear inolvidables melancolías.

jueves, febrero 05, 2015

THOSE POOR BASTARDS, "VICIOUS LOSERS" (2014)


Buen resultado me ha dado el regreso a esta banda, Those poor bastards, de los que no sabía mucho desde hacía algunos años.

El reciente Vicious Losers sigue la línea caótica, sobredosis de Dios, el Diablo, Alice Cooper aullando al fantasma de Hank Williams, y cuantas imágenes os parezcan. Aullidos que ahora no parecen tan originales, pero que cogidos en momentos de poca fe musical, te vuelven a poner en la buena senda del Señor.

Getting old es una plegaria imperial, soberbia, Give me drugs es lo más parecido que puede hacer esta gente a una canción de buen rollo. Continúan con su disparate sónico; Satán y Dios bailando a plena insolación, mientras las serpientes hacen sonar sus cascabeles de alegría.