jueves, septiembre 15, 2011

IAN GILLAN, NAKED THUNDER


A veces me pregunto por qué soy tan fan de este hombre. Y creo que sé la respuesta. Lo que más me gusta de Big Ian es su humanidad, ha tenido en su carrera aciertos tan claros y errores tan pasmosos, ha sido tan bueno y a ratos tan malo, que todo eso lo humaniza. Es como verlo hoy día en directo, has de mirar más allá de su falta de voz, o de su falta de memoria para acordarse de lo que está cantando, y encontrar al hombre que se acerca a los 70, y que sin demasiados sobresaltos sigue ahí arriba, descalzo y simpático. Siempre me ha parecido un tipo sencillo, un gamberro inglés que se ha tomado las cosas de la vida con bastante filosofía y sin preocuparle demasiado lo que pensaran los demás. En suma, un buen hombre y un alcohólico. Naturalmente, esa es mi opinión. A lo que voy, de Gillan me gustan casi todos sus discos en solitario (aconsejo las documentadas y baratas reediciones en cd que han ido saliendo en estos años: Future shock, Double trouble, Mr. Universe e incluso su etapa jazz/rock fusión recién salido de Purple son puntos álgidos); escucho ultimamente uno titulado Naked thunder, de 1990, poco después de que expulsaran a Ian de Deep Purple. Probablemente este es uno de los momentos más raros en la carrera de Gillan. Combinó sus discos con proyectos revitalizantes como Garth Rockett & The Moonshiners, banda con la que hizo algunos conciertos sin anunciarse como Ian Gillan. Poco después, ya sabemos, Ritchie y los demás se dieron cuenta de que habían hecho el ridículo con Joe Lynn Turner, y volvieron a llamar a Ian para intentarlo de nuevo. Naked thunder es un disco que aleja a nuestro hombre del rollo banda de pub de sus discos de finales de los 70 y primeros 80. Aquí todo anda muy pulido, y hay una producción ochentera que a mi me resulta deliciosa. Cómo no caer rendido ante bisutería del calibre de No good luck, o Loving on borrowed time, alhaja que cinco años antes le habría permitido entrar en listas, o el tradicional No more cane on the brazos, cantada con todo el amor. Disco pseudo comercial, que ya andaba pasadito de moda solo salir, pero buen trabajo, con la pasión que normalmente saca Ian de no se sabe dónde, y mejores resultados que los de sus pretenciosos ex compañeros con Slaves & Masters.