viernes, septiembre 25, 2009

FIESTAS DE LA MERCÉ

Las fiestas de la Mercé de Barcelona, igual que cualquier festa major o feria de cualquier población son una excusa para beber, cosa que no digo que esté mal, y luego para mear. La gente en fiestas mea, Barcelona se convierte en un magma de meados que bajan Ramblas abajo, esquivan el monumento de Colón y van a dar al mar, como el poema de Manrique. Mear es el único objetivo claro del usuario de las fiestas de la Mercé, porque los conciertos ultra masificados de grupos que no me interesan desde luego ya se los pueden meter por el culo, de hecho es algo que haría yo mismo, meterle por el culo al alcalde todo el programa de la Mercé, ya que magníficos conciertos como el de Coti los pagan con mi dinero. No es que quiera cambiar una fiesta como esta, me da igual porque no voy, incluso me da una pereza enorme escuchar a tanta gente diciendo que va a quedar por la noche para ir a ver, yo que sé, al grupito ese del anuncio de cerveza. Supongo que el año pasado por estas mismas fechas posteé sobre lo mismo, y probáblemente llego a la misma conclusión hoy, 365 días después: prefiero pagar, pagar por todo, por conciertos vistos en mínimas condiciones, compartidos por gente que va a lo que voy yo, por recintos con lavabos y por actos a los que no acuda el 90% de la población por el simple hecho de que es gratis. Pagar es bueno creedme, el elitismo también, un tunning no quiere verme a mi en su rave, pues yo no quiero verle a él en mi concierto. Paga y disfruta. Mientras, turistas, hoologans de despedida de soltero, lateros, tunnings, parejas irlandesas recién atracadas y población autóctona en general celebran esta fiesta, con cifras que van desde 12000 personas juntas en Plaza Catalunya hasta más de 50000 en esa jaula de grillos de cemento en la que se ha convertido el Forum. Ya no saben qué hacer con el Forum, pronto será como Montjuic: cementerio, casa de putas, yonquilandia y anillo olímpico. Han habido un par de violaciones, algún navajazo y la ocupación violenta de un hotel en Diagonal Mar, algo normal en fiestas y ferias como la Mercé. Hoy mi mujer, que bonita es, me ha comprado el nuevo disco de Pearl Jam, me quedo en casa escuchándolo.