jueves, enero 10, 2013

MARINA NO SE DUERME

Hago esta clase de posts de cuando Marina no se duerme. Lleva dos horitas dando la murga, y parece que va para largo. Digamos que sale los jueves, como los universitarios. Y sin embargo, hay una especie de paz (si se limita a permanecer despierta, sin incluir lloros) que invita a pensar. Aunque a veces cansado, mentalmente cansado, me siento reforzado por mi condición de padre. Es como una coraza que me impide caer en el siniestro total de otros tiempos, un bonus que me da fuerza y confianza. Ser padre es lo que más se parece a tener un título nobiliario, es una placa de poli, un collar de pinchos que avisa a los demás, y también una ventana abierta a comprender las cosas, a querer a los que te rodean, a ver las cosas más en conjunto. Hoy un amigo me ha dado la noticia de que será padre en verano. Le espera una aventura del copón. Espero que tenga qué hacer cuando su hijo no se duerma. Si llora y está movidito, tendrá que apechugar, pero si no, si solo tiene los ojos como platos y no para de moverse arriba y abajo, que tenga algún hobby pureta para pasar las horas: coser, escuchar tertulias por la radio, o escribir posts en un blog.