Se le puede echar en cara que en su banda haya un tipo con una máscara de lobo, lo que es una gilipollez, también ese tufo "arty" a la francesa que lleva ella, o que se muestre un tanto pava en directo, incluso alguien la odiará porque un día la vió en el cine corretear por el bosque en pelota picada en la infumable o genial Anticristo de Lars von Trier, pero yo he caído rendido al nuevo disco de Charlotte Gainsbourg, titulado IRM y producido por Beck, y ella me tiene loco. Este Trick pony que interpreta en el show de Letterman no es el mejor tema del disco, yo me quedaría con el martilleante e hipnótico Le chat du café des artistes, pero vale la pena pegarle una escucha a su voz y a todo lo que Beck ha montado a su alrededor. Charlotte es la versión Place Vendôme de Patti Smith, es suave pero muerde, y su música es absorvente.