martes, octubre 27, 2015

BOXEO


Desprecio la violencia, desprecio a todo animal que recurra a la violencia. No hay excusas, odio las ostias, los golpes, me producen horror las amenazas.

No hace mucho, en uno de esos conflictos moto con coche, un tipo me amenazó con ostiarme en medio de la calle. Me salió del alma decirle que empezara cuando quisiera, que yo no respondería. Me dijo de todo y se fue.

Creo que el hecho de considerarme civilizado en este tema, hace que valore la violencia con reglas, con códigos, la violencia tan bella del boxeo. Adoro el boxeo. Mis actuales héroes son los hermanos Klitchko, uno, Vitali (en la foto, la maravillosa aunque corta pelea Lennox Lewis vs. Vitali) , ex campeón de los pesados, y actual alcalde de Kiev; el otro, Wladimir, actual campeón. Ambos licenciados, con master y grandes jugadores de ajedrez.
Siempre fui fan de Evander Holyfield, porque me gusta la perfección, el método, y porque nunca he visto un cuerpo igual. Lennox Lewis era perfecto, brutal e inteligente, un gran campeón.
Hay tantas batallas míticas que puedes visionar una y otra vez... las clásicas de Ali, Frazier, Foreman, el regreso de Foreman contra Holyfield o Moorer, las tres peleas Holyfield vs. BoweYou tube manda. Amo el boxeo, alto y grande, el de los pesados que, ahora, parece estar a la baja por el dominio maquinal y frio de los Klitchko.

La violencia en un cuadrilátero, dos hombres de acuerdo en pelear hasta que uno de los dos caiga. Esa, sí, es mi violencia.