jueves, agosto 20, 2009

THE DEAD ON TOUR 2009: REFLEXIONES


He decidido escuchar las grabaciones de la gira primavera-verano de los Dead (The Grateful Dead reunidos con Warren Haynes a la guitarra solista) con mucha calma. Todos los conciertos de la gira están disponibles gratis (por ejemplo en http://www.archive.org/details/TheDead), así que antes de volverme loco me he descargado tres (el primero del tour en Greensboro, uno de los dos de Philadelphia, el del 2 de mayo, y el de Mountain View del día 10 del mismo mes). La gira comprendió tan solo 22 conciertos y si de algo valen las estadísticas, pondré una sobre la mesa: 150 temas distintos interpretados por la banda en estos 22 bolos ¿alguien da más? El compromiso y la imaginación de Bob Weir y los demás es algo excepcional, cada concierto ha sido una historia única e irrepetible y ni el fan más enfermo podía preveer cuál sería el siguiente tema y como lo interpretaría la banda. Montones de rarezas, temas poco habituales, clásicos, improvisaciones de media hora, momentos de una brillantez instrumental increíble. Lo que sigue impresionándome por encima de todo es la actitud de Warren Haynes, un ejemplo: Uno de los conciertos de la gira en California estaba situado justo en medio de dos fechas de Warren con los Allman Brothers, pero, sin descansar una sola noche, Haynes cumplió con las tres como si nada pasara. En su vocabulario no existe el estrés, toca en tres de las bandas más difíciles del planeta (tocar en The Dead o en Gov´t Mule no es como hacerlo en los Scorpions) y en cada una lo da todo.


Instrumentalmente la gira ha sido maravillosa: el bajo complejísimo de Phil Lesh, la guitarra rítmica inteligente y siempre distinta de Bob Weir, los dos baterías, Bill Kreutzman y Mickey Hart, ensamblando piezas con su habitual variedad de ritmos y las teclas de Jeff Chimenti, cristalinas. Si bien vocalmente los conciertos no han sido muy interesantes, Lesh canta a su bola, como el buen hombre que parece ser, aunque él es el equivalente a Charly Watts en los Stones, y cuando abre la boca la gente se vuelve loca; Bob cuando se implica cantando es perfecto, también cuando termina los versos, pero normalmente es Warren el que mejor siente los temas a través del micro (su Althea en Philadelphia es deliciosa). Lo bonito es cuando todos comparten voz en un tema, como hacen en el Uncle John´s band de Philadelphia o en el efervescente Frankin´s Tower de Mountain View.


(Warren Haynes, Bob Weir y Phil Lesh)

Y luego está la comunión con el público, es increíble cómo suben los decibelios de la gente con los estribillos de Jack Straw o Uncle John´s band, o He´s gone. La atmósfera de un concierto de los Dead es incomparable, notas la alegría y el amor de la gente por las canciones y como aprecian que la banda se aventure por terrenos desconocidos en cada improvisación.
Repasar en el discman los conciertos de Greensboro, Philadelphia y Mountain View está siendo una experiencia fantástica, ideal durante las horas de exceso playero. Cada segundo de música de estos conciertos es un regalo. Confío en que lo repitan, confío en poder verlo.